La industria alemana se rebela contra las elevadas primas a las renovables
Las renovables ya tienen un peso del 25% en el mix energético alemán El apagón nuclear está previsto para 2022
El programa electoral con el que Angela Merkel concurre a las elecciones del próximo domingo incluye el compromiso de modernizar el sistema de primas a las energías renovables. El problema no es exclusivo de Alemania y España es un buen reflejo de un sistema en el que las primas a las energías limpias han provocado un encarecimiento generalizado del precio de la energía.
La industria alemana representada en el lobby BDI, compuesto por 100.000 empresas en las que trabajan 8 millones de trabajadores, ya le ha hecho llegar a la candidata Merkel su propuesta para negociar después del 22 de septiembre. “La discusión debe centrarse en como se debe reformar el mercado energético para limitar el coste de la expansión de las energías renovables a las familias”, expone esta organización en una carta a la que ha tenido acceso Reuters, en la que propone un ajuste en el pago de primas a las renovables, “que solo se pagarían por encima de precio de mercado en la primera fase de producción”.
La gran industria alemana recupera este debate, desterrado en una campaña electoral dominada por la crisis de la zona euro, que supone una afrenta a una de las prioridades del Gobierno de Merkel. En 2011, a raíz del incidente nuclear de Fukushima, Alemania apostó por poner fecha de caducidad a la energía nuclear (el apagón está previsto para 2022) e impulsar las energías renovables, que ya tienen un peso del 25% dentro del mix energético. “Las primas a las renovables, que ofrecen un contrato garantizado a largo plazo a aquellos particulares que aportan lo que producen en la red, ha conducido a un boom de producción, pero también a un encarecimiento de los precios de la energía, que últimamente ya están financiando los ciudadanos vía presupuestos”, subraya.
Ante la posibilidad de que el fin de las primas a las energías renovables pueda comprometer la garantía de suministro, la industria alemana propone una reserva estratégica, “que se podría comercializar a través de una subasta”.
El coste de la energía y la competitividad
La pérdida de peso de la industria europea ha activado todas las alarmas en Bruselas, donde los técnicos trabajan a marchas forzadas en un plan para diseñar un nuevo modelo industrial que permita a las compañías europeas competir con las del resto del mundo.
Uno de los puntos más destacados de ese plan destaca la necesidad de reducir la factura energética del sector, que llega a suponer hasta un 40% de sus costes de producción. Ese factura no se ha encarecido exclusivamente por las primas a las renovables, sino también por los derechos de emisión que tienen que pagar las empresas más contaminantes. Frente a las tesis de la industria, los que apuestan por las energías renovables creen que es la mejor, e incluso, la única vía para competir con países emergentes como China.