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Profesionales

Los geólogos, también emprendedores

La de los geólogos es una de esas profesiones poco conocidas. “En general, nos asocian a las piedras”, cuenta con sorna Luis Suárez, presidente del Colegio de Geólogos, que tiene registrados a unos 3.500 profesionales, la mayoría en activo “o en previsión de estarlo”. Pero detrás de estos auscultadores de la tierra se esconde el trazado de los trenes de alta velocidad, de carreteras y puentes, el diagnóstico de suelos y aguas contaminadas, la búsqueda de energía bajo tierra o saber si un solar es apto para levantar un edificio de viviendas.

Ahora la crisis, que también ha hecho mella en este colectivo –un 12% de paro entre los colegiados– está empujando a los geólogos a emprender aún más de lo que ya lo hacían. Ese es el otro aspecto poco conocido de esta profesión. “Emprenden desde hace muchos años, suelen estar ligados a los profesionales que trabajan por cuenta propia, una vocación que se vio reforzada cuando se aprobó el Código Técnico de Edificación, en 2006”.

La norma incluyó la obligación de realizar estudios geotécnicos sistemáticos en la construcción de viviendas, algo así como comprobar el carné de identidad del suelo sobre el que se quiere construir. La ley empujó a una explosión de empresas de ingeniería geológica, pero se cruzó la crisis del ladrillo, y “si antes se hacían veinte informes para una promoción de viviendas, ahora se hacen menos de diez”, matiza Benito Eladio Rivera, geólogo y uno de los fundadores de la plataforma de geólogos emprendedores.

La idea surgió hace tres años para dar salida a nuevas líneas de negocio con mayores perspectivas. Ya van unas veinte empresas ligadas sobre todo al medio ambiente. Eladio optó por la geotermia, “de la que se habla desde los años ochenta pero solo se ha estudiado de forma puntual”. Aquí los geólogos tienen mucho que decir. Aunque España no es Islandia y su suelo no está plagado de chimeneas humeantes de vapor para producir electricidad, la geografía española tiene un gran potencial para calentar viviendas con el calor que se genera a escasos metros bajo el suelo.

El estudio de acuíferos como el que abastece el Canal de Isabel II o el análisis de suelos contaminados son otras de las áreas que tienen más posibilidades en España. De hecho, ahora que muchos negocios cesan, la compra de suelo barato necesita un análisis del medio obligatorio por ley para garantizar óptimas condiciones de salud al cambiar de actividad. Los geólogos también se están dedicando a la geofísica, para interpretar el subsuelo antes de determinar ciertos trazados del AVEo tareas de arqueología.

Pero lo que les falta ahora a los geólogos es saber de marketing y ventas, “vocación empresarial, que no se estudia y que resulta imprescindible porque en el futuro no existirán trabajos fijos ni contratos”, matiza Suárez. Por eso este organismo celebra un encuentro a finales de mes, en el que participan bancos y emprendedores que compartan sus experiencias y dan nuevas pistas.

Otros muchos no han esperado a las salidas que pueda ofrecerles la España austera y están repartidos entre Chile, México, Colombia, Argentina, Sudáfrica o Australia, donde se necesitan geólogos en las minas, en los estudios de prospección de acuíferos o en las explotaciones de fracking, “del que muchos hablan y pocos saben de qué se trata”, insiste Suárez, en referencia a la fractura hidráulica, es decir, romper la roca inyectando agua y químicos para extraer hidrocarburos.

Esta técnica ha despertado polémica también en España, donde el Gobierno ha dado su visto bueno a realizar análisis de impacto ambiental de cara a permitir su desarrollo.

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