Abertis apunta hacia América con su plan de inversiones
La cifra de 4.000 kilómetros en autopistas que Abertis tiene en operación en América promete crecer exponencialmente en los próximos tres años. La gestora de infraestructuras ha centrado su plan de inversiones hasta 2015 en esa área del mundo y está especialmente activa en la búsqueda en seis países: EE UU, Brasil, México, Chile, Colombia y Perú.
La empresa, que ha reunido durante lunes y martes a unos 150 inversores y analistas en Río de Janeiro (Brasil), ha transmitido un mensaje de desarrollo basado en adquisiciones en el mercado secundario, la mejora de sus propias carreteras a cambio de mayores tarifas y plazos de concesión, y la participación en nuevos concursos. En este sentido, se abre a la toma de carreteras por remodelar con el fin de convertirlas en autopistas de peaje.
Sobre las dos prioridades el equipo directivo que encabeza el consejero delegado, Francisco Reynés, no ha establecido cambio alguno: atender el cronograma de inversiones en las nueve concesiones brasileñas, con 7.100 millones de reales comprometidos en obras, y asentarse en EE UU.
Disconforme con el precio objetivo
Los 14 euros que marca el consenso de los analistas para la acción de Abertis no convencen al consejero delegado de la compañía, Francisco Reynés. El precio objetivo apenas se ha tocado en los últimos ocho meses pese a desinversiones en aeropuertos, la toma de control en Hispasat o la compra de las torres de telefonía móvil de Telefónica.
"O hemos ido demasiado rápido o ustedes estaban de vacaciones", ironizó, para pedir a renglón seguido licencia "para ser agresivo durante dos minutos". Reynés ha demandado a los expertos que actualicen sus valoraciones: con la cesta actual de activos ve la acción en 16,5 euros, pero sumando el programa de reinversiones en Francia, Chile o Brasil, sitúa el potencial en 18,5 euros por acción, lo que implica un alza del 32%. Tras dos días de presentaciones en Rio de Janeiro, el consejero delegado reclamó confianza al mercado hacia un plan de negocio “claro, sencillo y transparente”.
Respecto a Norteamérica, la compañía con sede en Barcelona aprecia oportunidades a la vista del déficit en mantenimiento de la red de carreteras del país, cifrado en unos 25.000 millones de dólares al año. Sobre ese tablero de juego y con la Administración forzada a apostar por la colaboración público privada, Abertis tiene identificados como destinos los estados de Virginia, Florida, Ohio y Carolina del Norte. El grupo habla de decenas de potenciales autopistas, con un volumen de facturación de unos 300 millones de dólares anuales. Son proyectos cuyo valor oscila en una amplia horquilla de 1.000 a 5.000 millones de dólares, dependiendo del plazo de explotación. La empresa podría competir por dos o tres de ellos.
El otro modelo de concesión bajo estudio en EE UU es el de los peajes dinámicos, ligados normalmente a áreas urbanas y suburbanas, y en los que Abertis también quiere estar presente midiendo sus fuerzas en otros dos o tres procesos. La compañía calcula que este último tipo de concesiones ronda un valor de 500 a 1.000 millones de dólares.
Ya como primer accionista de Arteris, en Brasil, la firma va a volcarse en ejecutar las inversiones comprometidas hasta 2033, año en que vencen las cinco autopistas federales que tiene en su portfolio. La filial ha destinado ya 4.100 millones de reales desde 2008 a obras y debe aportar aún 7.100 millones de reales más (unos 2.300 millones), con 2014 y 2015 como los ejercicios más intensivos en inversión (1.648 y 1.135 millones de reales respectivamente).
Respecto a nuevas posibilidades, el país ultima la licitación de nueve autopistas que, según indicó ayer el nuevo consejero delegado de Arteris, David Díaz, podrían encajar con la estrategia de crecimiento de la empresa. El ejecutivo marcó como prioridades la ejecución de las inversiones; una mayor eficiencia en las operaciones; la mejora en la imagen de la firma; la prolongación de los primeros vencimientos (2018) a partir de actuaciones adicionales en las cuatro autopistas estaduales de Sao Paulo, y un dividendo sostenible para Arteris (el pay out es del 50%).
Mejoras a cambio de quedarse más tiempo con los peajes
Añadir valor a las autopistas a base de nuevas obras y, a su vez, incrementar las tarifas y el plazo concesional, ya es el modo en que Abertis ha conseguido remozar su cesta de activos en Francia y tímidamente aún en España. Ahora trata de hacer lo mismo en el Estado brasileño de Sao Paulo, en Chile y repetir experiencia en Francia.
En el último de estos países ultima negociaciones con el Gobierno para inyectar unos 700 millones en los próximos cinco años. Con ello busca un cambio de cara a algunas de las carreteras bajo operación de sus firmas Sanef, donde trataría de ganar dos años más de explotación con el programa Relance II, y Sapn, a cuyas autopistas aportaría seis años extra de vida concesional.
Sobre esta iniciativa, el director general de Sanef, François Gauthey llegó a señalar el lunes ante los analistas en Río de Janeiro que podría darse una ampliación de capital si fuera necesario para cubrir la inversión. Trataba de remarcar el compromiso de los accionistas con el proyecto de expansión, pero el propio Francisco Reynés se encargó de matizar minutos después en un corrillo con periodistas que no será necesario: “El mercado de bonos está abierto y hemos demostrado un notable éxito al recurrir a él, cerrando una emisión a largo plazo con un cupón del 2,5%. Esta podría ser una opción claramente por encima de la ampliación de capital”.
Ya en Chile hay conversaciones entre la compañía y el Ministerio de Obras Públicas con 500 millones de euros sobre la mesa para incidir en un mejor servicio y ampliar capacidad en las autopistas bajo gestión de la española. Y en Sao Paulo, el cuadro de directivos de Arteris empieza a plantear escenarios de trabajo para ampliar el vencimiento de las cuatro concesiones estaduales, con vencimientos a partir de 2018.