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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Un sector exterior que no afloja

El sector exportador español se ha convertido en uno de los esos indicadores económicos capaces de proporcionar alegrías a la economía española en medio de la crisis. Hace apenas cuatro años, las ventas españolas fuera de nuestras fronteras se derrumbaban un 22% arrastradas por el estallido de la tormenta financiera. Pero desde esa fecha, el sector exterior ha ido recuperando el pulso, a la par que la demanda interna –lastrada por la caída de la inversión y del consumo– ha ido perdiéndolo. La combinación de ambas variables cristalizó el pasado mes de abril en balance de superávit comercial por primera vez desde 1971. Un impulso exportador que nos ha colocado a la cabeza de la zona euro en este ámbito.

 A esos datos positivos habrá que sumar otros aportados por la Organización Mundial del Comercio. Según la OMC, el sector exterior de España registró durante la primera mitad de este año el tercer mayor incremento del mundo, tras Reino Unido y China. Además, los datos que maneja el Gobierno apuntan a que el ritmo de las exportaciones españolas se mantendrá en los próximos meses y que la cuota exterior podría alcanzar a finales de año niveles no vistos desde 2004.

La fortaleza del músculo exportador no solo constituye una vía de alimentación crucial para la exhausta economía española, sino que demuestra que el motor de la recuperación económica reside en el tesón, el esfuerzo y el sacrificio de nuestro tejido empresarial. Las empresas deben ser respaldadas en el desarrollo de su actividad exterior por instituciones y organismos públicos, pero son ellas las que arriesgan y es a ellas a las que hay que reconocer la capacidad de generar empleo y riqueza. La dura competición que se libra en el sector exterior en este momento supone un esfuerzo que hay que alentar. Cuestión diferente es que las buenas perspectivas del comercio exterior basten, por si solas, para tirar del pesado carro de la recuperación económica española.

Desde el Gobierno, las perspectivas para el próximo año son optimistas. El ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, avanzaba ayer a la prensa británica la posibilidad de que el Ejecutivo revise ligeramente al alza la previsión de crecimiento de 2014 –fijada en el 0,5%– e insistía en la probabilidad de que se modifique a la baja la tasa de paro estimada, que es del 27,1%. Desde Europa se han revisado también datos de actividad. Según Eurostat, la zona euro dejó atrás la recesión en el segundo trimestre del año. Como recordaba ayer la propia Comisión Europea, es pronto para afirmar que el fin de la crisis está cerca. Es cierto que cada vez son más las señales que apuntan a que la tormenta comienza a amainar, pero también lo es que ahora, más que nunca, no es momento de aflojar.

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