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Columna
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Mercados bajo presión

En los últimos tres años, las acciones de las empresas occidentales que apuestan por las oportunidades de los mercados emergentes han superado a las de aquellas centradas en el mundo desarrollado.

Las 300 empresas del índice MSCI World, que obtienen la mayor parte de sus ingresos totales de los mercados emergentes subieron un tercio más que el índice general entre 2009 y mediados de agosto de este año. Durante gran parte de ese tiempo, las economías occidentales, especialmente en Europa, tuvieron dificultades mientras que las economías emergentes se vieron impulsadas. Ahora, mientras a las economías desarrolladas les está yendo mejor, las perspectivas para las emergentes parecen todavía menos optimistas de lo que fueron en julio, cuando el Fondo Monetario Internacional recortó sus previsiones de crecimiento para este año y el próximo.

La expectativa de que la Reserva Federal retire su programa de estímulo ha incrementado un flujo de dinero internacional que ha salido de los mercados emergentes, haciendo que las monedas de estas regiones se debiliten. Varios bancos centrales han intervenido para frenar la caída en el valor de sus monedas; Brasil e Indonesia elevaron sus tipos de interés la semana pasada. Los consumidores de los mercados emergentes tendrán que pagar más por las importaciones debido a la debilidad de sus monedas y no tendrán tanta disposición a pedir préstamos si las condiciones de crédito se endurecen.

Por supuesto, no todos los bancos centrales de los mercados emergentes elevarán los tipos de interés y no todas las economías emergentes están asediadas. Pero cualquier cosa que oprima a los consumidores de estas zonas va a provocar una reacción en el precio de las acciones de las empresas occidentales que depositaron sus esperanzas en ellos. Por su parte, los títulos en los mercados desarrollados cotizan con primas. Esto podría disimular que la mejora se debe al enfriamiento de los mercados emergentes.

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