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Empresas Vintage

Hermès, el lujo francés más artesano

En 1937 aparece el primer pañuelo de seda, uno de los distintivos con más éxito 175 años después de fundación, la firma vive un momento dulce con crecimiento continuo

Alfonso Simón Ruiz

Dice la historia que el afamado bolso Birkin, de la casa francesa Hermès, nació de un encuentro casual. El entonces presidente de la compañía y quinta generación al frente de la firma, Jean-Louis Dumas, compartió vuelo con la actriz y cantante Jane Birkin, a quien le faltaba espacio en el bolso para todas sus pertenencias. Sus quejas dieron como resultado en 1984 el Birkin en piel, desde entonces objeto de deseo de muchas féminas, que igual que en el caso del Kelly, deben esperar meses para conseguirlo.

Y es que la casi doble centenaria casa Hermès continúa muy viva en el mundo de las tendencias y el lujo. La maison parisina ha creado en su historia piezas emblemáticas de la moda y es un referente en el trato de los objetos de piel. Sigue siendo un arquetipo entre las distintas generaciones. De hecho, sus ventas no paran de crecer. En el último año alcanzaron los 3.484 millones de euros, un 23% más que el ejercicio anterior. Su estilo de vender verdadera sofisticación elaborada por artesanos triunfa en todos los puntos del globo. Y eso la convierte en un caramelo muy deseado para otras compañías, como el gigante LVMH. Pero Hermès es familiar y quiere seguir siéndolo.

La casa nace en 1837 en París de la mano de Thierry Hermès. Entonces era un taller de talabartería y arneses, con un estilo que ya es premiado por la calidad. Su hijo Charles-Émile continúa con el negocio familiar e instala la guarnecería en el número 24 de la rue Fauburg Saint-Honoré, la boutique histórica y que aún permanece abierta. Ese saber hacer entre los artesanos del cuero se hereda como su símbolo más distintivo.

Cronología

1837. Thierry Hermès inaugura su negocio de talabartería y arneses en París.

1867. Le sucede su hijo Charles.

1880. La maison se traslada al 24 de Faubourg Saint-Honoré, donde sigue abierta.

1902. La tercera generación crea Hermès Frères.

1920. Creación del bolso Sac à Dépêches.

1922. La firma se bautiza como Hermès. Émile-Maurice, nieto del fundador, se hace con las riendas.

1930. La casa crea el bolso de mano, en 1956 llamado Kelly.

1938. Lanza el famoso brazalete Chaîne d’Ancre. En 1949, se presenta otro mítico, el Collier de Chien.

1951. Nace Eau d’Hermès. El yerno de Émile-Maurice, Robert Dumas, toma las riendas.

1978. Quinta generación, con Jean-Louis Dumas.

1984. Nace el bolso Birkin.

1993. La compañía sale a Bolsa.

2012. LVMH se hace con el 22,6% de las acciones.

2013. La sexta generación: Axel Dumas llega a la copresidencia con un reto firme: resistir la embestida del multimillonario Arnault.

Pero es con el nieto del fundador, Émile-Maurice, a comienzos del siglo XX, cuando la empresa se lanza a elaborar otros productos de lujo ligados a la moda. De un viaje a EE UU, introduce en Europa el cierre de cremallera, con el que diseña una cazadora de piel para el Príncipe de Gales. En los años veinte se crea el bolso Sac à Dépêches y el Bolide, surgen las primeras prendas deportivas para mujeres, las joyas de plata y cuero, el reloj-cinturón para golfistas y la línea de moda masculina.

En 1937 aparece el primer pañuelo o carré de seda, uno de los distintivos con más éxito actualmente de la firma. En 1949, la primera corbata, un clásico entre los hombres de hoy en día, y en 1951 se lanza el primer perfume, Eau d’Hermès.

Ese mismo año se pierde el apellido Hermès en la dirección. Émile-Maurice, que había tenido cuatro hijas, deja al frente del negocio a sus tres yernos, Robert Dumas (presidente), Jean-René Guerrand y Francis Puech, tres apellidos que siguen controlando el accionariado.

Dumas es el artífice del otro gran clásico, el bolso Kelly. Creado en 1930, se bautiza así en 1956 en honor a la actriz y princesa monegasca, Grace Kelly, que lo había inmortalizado en multitud de fotos publicadas en papel cuché.

La quinta generación la encabeza Jean-Louis Dumas, autor del Birkin, hasta que se retira en 2006 (fallece en 2010). Le sucede su colaborador más cercano, Patrick Thomas, ajeno a la familia y actual presidente. La sexta generación está representada por Pierre-Alexis Dumas, como director creativo, y Axel Dumas, quien acaba de ser nombrado copresidente.

La firma está dividida en oficios (métiers), donde prima el legado aprendido por los artesanos franceses que elaboran cada producto. La división de marroquinería y guarnicionería (todavía fabrica sillas de montar y otros accesorios para hípica) es la que más brilla y supone el 46%de los ingresos de la casa, donde los bolsos tienen enorme éxito. Le sigue el negocio de los accesorios (21%). Después, el de la seda y los textiles (12%). El prêt-à-porter masculino tiene como diseñadora a Véronique Nichanian y el femenino, a Christophe Lemaire. En el pasado, Jean-Paul Gaultier ocupó ese cargo. Con un 5% cada uno destacan los perfumes y los relojes. Por último, moda para el hogar e infantil.

El éxito de Hermès ha traspasado fronteras. Francia sigue siendo un gran mercado, con el 17% de las ventas; el resto de Europa, un 19%, y América, un 16%. Pero es Asia la que sin duda se vuelca con la firma. De Japón llega el 16% de los ingresos y un 32% del resto de Asia. Valga como ejemplo que China cuenta con 21 tiendas (en España hay seis) y solo la ciudad de Hong Kong dispone de ocho.

La joya deseada por LVMH... y que más se le resiste

Junto a Chanel, Hermès es la única gran firma de lujo francesa de capital primordialmente familiar. Lo que no se sabe es hasta cuándo permanecerá independiente. Con unos ingresos de 3.484 millones de euros y 750 millones de beneficios anuales en 2012, y creciendo, es una empresa muy apetecible. Así le debe parecer a Bernard Arnault, el dueño del gigante del lujo LVMH, que ha ido entrando en el capital poco a poco para disgusto de la familia.

Hermès International cotiza en Bolsa desde 1993. El 62,8% de las acciones están controladas por los herederos del fundador, Thierry Hermès. Lo hacen principalmente a través de dos sociedades, H51 y H2, donde los descendientes, ahora con apellidos como Dumas, Seynes o Guerrand, están al frente. A eso hay que sumarle más de un 5% de Nicholas Puech, también de la familia, pero ajeno al paquete de control. El resto prácticamente ha pasado a manos de LVMH, que a finales del ejercicio de 2012 confirmaba poseer un 22,6% de la marca. Solo queda como free float en el parqué un 7,33%.

La familia se ha defendido de lo que consideran un ataque inamistoso de Arnault. En julio, el regulador de la Bolsa francesa multaba a LVMH por la compra de participaciones del competidor sin desvelar sus intenciones estratégicas. Arnault ha recurrido la decisión y Hermès presiona, a su vez, para que se anule la compra de acciones.

LVMH ha ido adquiriendo grandes firmas como Louis Vuitton, Dior, Loewe, Kenzo, Givenchy, Marc Jacobs, casas de joyería como Bulgari y De Beers o de bebidas como Moët & Chandon o Dom Perignon. ¿Hasta cuándo seguirá aguantando la maison? Hermès parece que estará a salvo mientras las distintas ramas de la familia quieran permanecer unidas y no vender.

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Sobre la firma

Alfonso Simón Ruiz
Graduado en Economía y máster de Periodismo UAM / EL País. En Cinco Días desde 2007. Redactor especializado en información empresarial, especialmente sobre el mercado inmobiliario, operaciones urbanísticas y, también, sobre la industria farmacéutica y compañías sanitarias.

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