Artesanos del ‘champagne’ más exclusivo
Luis Roederer presentó en Ibiza una botella de champán que cuesta alrededor de 20.000 euros El precio del Krug Grand Cru Clos de Mesnil Brut Blanc de Blancs ronda los 1.000 euros
Las bodegas de Champagne, en el noreste de Francia, pueden dividirse en dos categorías: las “industriales”, gracias a las cuales la denominación de origen de los espumantes más codiciados del mundo vende unos 300 millones de botellas por año, y las “artesanales”, como les gusta distinguirse a las casas de vino que elaboran pequeñas cantidades de una calidad suprema.
Entre estas últimas está Luis Roederer, la marca que recientemente presentó en Ibiza la botella de champán más cara del mundo, la Cristal Orfèvre 2002. Cubierta de un decorado de acero bañado en oro de 24 quilates, la exclusiva edición tiene un precio que ronda los 20.000 euros por unidad. En todo el mundo se distribuyeron solo 200 ejemplares, y los ocho disponibles en España se agotaron inmediatamente después de la presentación.
El champán Cristal de Louis Roederer tiene un precio mucho menor si se renuncia a esa espectacular edición. La botella del Brut Cristal 2005 cuesta alrededor de 170 euros. Esta variedad surgió por un capricho del Zar ruso Alejandro II. En 1876 hizo observar a su sumiller que nada distinguía a las botellas servidas en su mesa de las que los invitados podían comprar en los comercios. Por ello exigió que su vino personal se elaborara en botellas transparentes de cristal de fondo plano. Esos rasgos se mantienen hasta la actualidad, al igual que la búsqueda de la exclusividad.
“No vamos detrás de la cuota de mercado”, explicó el vicepresidente ejecutivo de Luis Roederer, Michel Janneau, durante el mencionado evento. El objetivo de la bodega, afirmó, es hacer los mejores vinos y que estén disponibles en los hoteles, restaurantes y discotecas de mayor nivel. “El éxito se debe a la calidad y la exclusividad”.
Lo mismo pueden decir otras casas de Champagne como Krug, Bollinger y Ruinart, propiedad del grupo LVMH, la misma compañía que agrupa a marcas como Moët Chandon, Clicquot y Mercier. La botella de Krug Grand Cru Clos de Mesnil Brut Blanc de Blancs cuesta alrededor de 1.000 euros. El espumante está elaborado a partir una única cosecha proveniente de una misma parcela de viñedo, ubicado en Mesnil-sur-Oger, una de las villas más emblemáticas de producción de chardonnay. Entre las botellas de Bollinger, las que elige el protagonista de las películas de James Bond, destaca la Bollinger R.D. 1999. Su precio ronda los 370 euros y es, según afirman en la bodega, “el mejor champán que puede ofrecer el paso del tiempo”. El emblema de Ruinart es el Blanc de Blacs, una botella 100% chardonnay que cuesta alrededor de 100 euros.