Commerzbank, en venta tras las elecciones
Commerzbank, el segundo mayor banco de Alemania, podría ser vendido después de las elecciones, que se celebrarán el 22 de septiembre. El Estado, que controla el 17% del capital después inyectar ayudas a la entidad financiera, quiere permanecer el menor tiempo posible en su capital y la banca de inversión ya ha llamado a la puerta del Ejecutivo germano para preguntar qué estrategia de salida le interesa más.
Uno de los sospechosos habituales cuando grandes piezas bancarias se ponen a tiro es Banco Santander. La prensa germana publicaba hoy que el grupo español habría analizado la posibilidad de invertir en Commerzbank, y que estaría especialmente interesado en el rentable negocio de banca minorista que tiene el prestamista germano.
Otros dos candidatos para entrar en el accionariado del segundo grupo financiero alemán (después de Deutsche Bank) son el suizo UBS y el francés BNP Paribas, según publicaba un semanario el pasado fin de semana.
La revista alemana Focus apuntaba el domingo pasado que el ministro de Finanzas Wolfgang Schaeuble habría sondeado al presidente de UBS por la posibilidad de que el banco suizo comprara la participación del Gobierno en Commerzbank.
Varios políticos de los partidos del Gobierno alemán consultados por Reuters se mostraban convencidos de que no habría ninguna operación hasta que se forme un nuevo Ejecutivo, avanzado el otoño, aunque reconocen que en las negociaciones para formar Gobierno será uno de los asuntos que esté sobre la mesa. “Hasta entonces, nada ocurrirá”, explicaba una fuente gubernamental.
Tanto Santander como Commerzbank declinaron ayer comentar las informaciones publicadas. En el caso del banco español, su interés por Alemania es evidente, después de que haya realizado varias adquisiciones en ese país en los últimos años, como la entidad de banca minorista SEB y GE Money Bank (especializada en préstamos al consumo).
Las tres alternativas
Los analistas apuntaban ayer que el escenario más plausible es que el Gobierno venda sus títulos de varias colocaciones destinadas a inversores institucionales, como planes de pensiones, a lo largo de los dos próximos años. Berlín también podría considerar la opción de mantener un 10% de Commerzbank para garantizar que las compañías tengan un prestamista alternativo a Deutsche Bank.
Una tercera opción es que un rival compre una participación como paso previo para una posterior opa. Sin embargo, pocos banqueros creen que los potenciales compradores tengan la paciencia suficiente para mantenerse en el capital mientras dure el proceso de saneamiento de la entidad.
Las acciones del prestamista germano cotizaban ayer 6,46 euros, muy lejos de los 26 euros que tendrían que alcanzar para que el Estado pudiera esquivar las pérdidas al desprenderse de su 18% de Commerzbank.