"Mi madre ha descapitalizado la Casa de Alba"
La familia Alba recibe 2,5 millones de euros en subvenciones El año próximo comercializará pasta con Pastas Gallo
Advierte que dormía mejor antes. Cayetano Martínez de Irujo, nacido en Madrid, hace 50 años, conde de Salvatierra, se ocupa ahora de sacar adelante una línea de productos gourmet con el sello de la casa familiar.
Pregunta. ¿Les ha costado mucho tomar la decisión de crear la marca Casa de Alba?
Respuesta. Todo cuesta en esta Casa. Hay que romper moldes que ha tenido esta Casa hasta hace cuatro años. Es de una mentalidad muy conservadora, aprensiva a los cambios, muy estructurada en muchos aspectos. Nunca se había planteado un cambio de esta manera, donde hay que plantearse riesgos, dificultades, y donde daba vértigo dar el paso hacia la comercialización de productos.
P. ¿Qué razones les han llevado a tomar esta decisión?
R. Por un lado, tenemos un patrimonio con muchas posibilidades de diversificación, y es una pena no explotar todo ese potencial que tenemos en el campo. Por otro lado, es una necesidad de la Casa, generar ingresos que necesitamos, buscar una fuente económica. Necesitábamos convertir ese patrimonio en una empresa, en la medida de nuestras posibilidades.
P. Su madre, la duquesa de Alba, ha decidido que sea usted quién capitanee este proyecto.
R. Mi madre escribió una carta a mis hermanos, al estilo de las reinas y emperatrices en sobre lacrado, comunicándoles la decisión, por una serie de razones, de que yo tomara la dirección de las empresas agrícolas. Ella es la que lleva el mando y la que me va a exigir a mí resultados.
P. ¿Qué vio su madre en usted para delegarle tal cometido?
R. Mi trayectoria en el deporte de elite, el hecho de que durante 11 años los pasara fuera de España, y cómo me he posicionado en el mundo ecuestre internacional y nacional. Creo que esta experiencia le ha servido a ella como referente.
P. Además deberá defender los valores de la Casa de Alba.
R. Por supuesto, es una Casa donde está presente la tradición, la historia, el rigor, la honestidad. Nos jugamos mucho como marca y como nombre. Y todo ello es gracias al pasado y sobre todo a mi madre, a la que tenemos una gran admiración.
P. ¿La marca Casa de Alba vende?
R. Es de las pocas marcas que no necesita publicidad, pero si que es cierto que necesitamos de la ayuda de los medios de comunicación para mostrar que nuestro producto es bueno. Lo que sucede es que se nos juzga con mucho rigor, por eso hemos tardado cerca de diez meses en lanzar la marca porque hemos tenido que asesorarnos muy bien con expertos para la comercialización de cada producto.
P. Su madre es una mujer con un alto índice de popularidad.
R. Sí, tiene una gran popularidad, y hay que valorar todo los que ha hecho, es una mujer peculiar. Yo siempre le digo a mis dos hijos [Luis y Amina] que han tenido suerte de haber conocido a su abuela tal y como la han conocido, con toda su capacidad, porque se van a acordar de ella toda la vida.
P. ¿Qué plazo se han dado para que la marca sea rentable?
R. Tenemos varias fuentes abiertas, exposiciones, eventos, inmobiliaria y la marca. Para ello nos apoyamos en equipos profesionales. No hemos dado puntada sin hilo, hemos chequeado que el terreno que pisáramos fuera el óptimo.
P. ¿Pero cuando esperan que sea rentable?
R. Tardaremos dos años, aunque cuatro años puede ser un periodo notable.
P. ¿Dónde venderán los productos gourmet que acaban de lanzar?
R. El aceite, que lo hacemos con una aceitera con gran experiencia, se venderá en las tiendas gourmet de El Corte Inglés y en lugares escogidos como el Hotel Ritz de Madrid o el Club Puerta de Hierro. La carne inicialmente irá a Francia, donde hemos vendido ya 90 vacas, de las que han salido 30. Y tenemos más capacidad porque podemos disponer de 800 terneros. Este modelo nos gustaría replicarlo en España.
P. Están preparando el lanzamiento de otros productos.
R. El siguiente son las naranjas. Esta semana elegimos el partenaire, que nos ayude a comercializarlo. Y esperamos empezar con la nueva cosecha. Y para el año que viene está previsto comenzar con el trigo y la pasta, donde estamos estudiando todas las posibilidades de producción con una marca que a mí me encanta, como es Pastas Gallo.
P. ¿Por qué han decidido buscar socios para esta aventura empresarial?
R. Nosotros creamos el producto pero no tenemos capacidad para industrializarlo, no tenemos la inversión que se necesita. Es más fácil tener un socio que se encargue de la industrializarlo.
P. ¿La crisis les ha devuelto al campo?
R. Sí, es una riqueza que nos permite transformar esta casa. Es una necesidad. Nuestros ingresos vienen por el campo, por el patrimonio inmobiliario y por la Fundación Casa de Alba, que hasta ahora ha tenido poca actividad y que estamos activando con eventos, visitas a la Casa con catering.
P. ¿Qué subvenciones públicas reciben para el campo?
R. Unos 2,5 millones de euros. Tenemos 25.000 hectáreas. Gracias a las subvenciones hemos sobrevivido. Arias Cañete [ministro de Agricultura] nos va a dejar ponernos al día para que cada vez dependamos menos de las subvenciones. Hemos empezado un poco tarde, pero lo hemos hecho.
P. Da la impresión de que son ricos y no han necesitado nunca trabajar.
R. Eso es algo equivocado. No he conocido la riqueza en esta casa. Este palacio [Liria] fue reconstruido en 1957. Si mi madre hubiera invertido en un chalet viviríamos como ricos, pero de los tres palacios que hay no recibimos ni un euro, solo exigencias. Eso es lo que hemos vivido los últimos 40 años, aunque nuestros problemas son menores a los de la mayoría de la gente, y soy solidario.
P. Recientemente han subastado un cuarto de baño por seis millones.
R. Alguna acción de este tipo tendremos que hacer más. Tenemos que reestructurar todo esto para que entre dinero. Mi madre se preocupa de los palacios, y yo le digo que solo podemos hacer lo indispensable hasta que no se reflote la situación. Mi madre ha cuidado el patrimonio, lo ha mejorado, pero ha descapitalizado la Casa para mantenerlo. Y ahí estoy yo como un espada.
P. Menuda responsabilidad.
R. Ella ha sido muy ahorrativa, y ahora más, pero hasta que la balanza no esté equilibrada le digo que no pida nada.
P. ¿Y le hace caso?
R. Ella ha escuchado a mucha gente pero ha hecho caso a muy pocos. No hemos hecho ningún ERE. Tenemos cerca de 380 personas directas e indirectas trabajando para la Casa, y hacemos las cosas lo mejor que se puede hacer. Cuando la gente se ha ido jubilando no se ha repuesto. Y ahora empezamos a estar con lo justo. Sé lo que es vender y sufrir porque menos hambre y falta de casa, lo he conocido prácticamente todo.