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Los pecados del pasado en Italia

Ya se sabe que Roma utilizó la ingeniería financiera en la década de los noventa, pero la noticia de que puede perder 8.000 millones de euros por algunas operaciones sigue siendo vergonzosa.

Todo apunta a una serie de derivados utilizados para cubrir la deuda de Italia, que data de finales de los noventa. Según el Financial Times, estos contratos ayudaron al país a relajar las cifras de déficit para que pudiera cumplir con los criterios del Tratado de Maastricht. El Tesoro italiano niega que usara los derivados para algún amaño.

El debate continuará durante años, pero está claro que muchos estados –no solo Italia– estaban enfermizamente aficionados a herramientas ajenas a las cuentas oficiales. El legado de las operaciones de derivados de Italia sigue haciendo daño.

Ahora se ha sabido que el gobierno reestructuró ocho contratos en 2012 por un valor nominal de unos 30 millones de euros. Las reestructuraciones le permitieron alargar los pagos durante un periodo de tiempo más largo –pero dejan al ejecutivo frente a una posible pérdida de 8.000 millones de euros, según reconoce el FT. Parece una pérdida grande, pero puede que nunca se materialice y que probablemente se extienda durante varios años. Además, el 0,5% del PIB es poca cosa para un gobierno con una deuda equivalente al 127% del PIB.

Sin embargo, la noticia pone de manifiesto la opacidad de las cuentas públicas de la zona euro. La responsabilidad de la reestructuración se mantuvo oculta hasta que un informe confidencial de la Tesorería se filtró. El hermetismo no ayudará a Italia, si es que alguna vez necesita la aprobación del parlamento alemán para un rescate del Banco Central Europeo. Este caso también podría verse afectado por la presencia de Mario Draghi. Ahora presidente del BCE, supervisó el Tesoro italiano cuando se realizaron las operaciones originales de derivados.

Los inversores no están preocupados por los derivados. La prima de riesgo italiana cayó después de la publicación de la historia del Financial Times. Italia podría aprovecharse de unos mercados relativamente benignos. ¿Por qué no divulgar todo lo relacionado con sus operaciones de derivados –pasado y presente?

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