Bruselas apoyará a través del BEI la concesión de los nuevos préstamos
Al igual que en junio de 2012, la Unión Europea prepara un plan de estímulo al crecimiento y de recuperación del crédito. Y al igual que hace 12 meses, Bruselas se encuentra ante la dificultad de explotar unos recursos comunitarios muy escasos para las necesidades financieras de 27 países.
El plan del año pasado se cifró en 120.000 millones de euros, una cifra a la que se llegó con bastante imaginación contable y que, según reconoció ayer la Comisión Europea, “no ha llegado a utilizarse en todo su potencial”.
El plan de este año es aún más modesto y se basa en una de las medidas incluidas en el del año pasado: la ampliación de capital del Banco Europeo de Inversiones (BEI). Pero tiene una ventaja sustancial: esta vez hay dinero contante y sonante y Bruselas quiere utilizarlo con el máximo apalancamiento posible para duplicar o triplicar el impacto sobre el terreno.
El punto de partida son los 10.000 millones de euros inyectados por los 27 Gobiernos de la UE en el BEI. El objetivo inicial de esa ampliación de capital no era otro que mantener la capacidad de financiación del banco público europeo sin poner en peligro su máxima calificación crediticia.
Pero una vez aprobados los nuevos recursos, Bruselas quiere que el BEI concentre buena parte de su renovada potencia en la financiación del crédito de las pequeñas y medianas empresas, en particular, en los países rescatados o vulnerables, como el argot comunitario califica a España e Italia, entre otros.
La propuesta de la Comisión, que debe recibir el visto bueno de la cumbre europea que se celebra en Bruselas el 27 y 28 de junio, prevé que más de la mitad de la ampliación de capital se destine al crédito de las pymes.
En total, Bruselas calcula que los 10.000 millones de euros permitirán al BEI sumar 60.000 millones de euros a su cartera de préstamos durante los próximos tres ejercicios. Una cifra que, según la CE, podría llegar a movilizar una inversión total de 180.000 millones de euros en toda la UE con arreglo a los ratios habituales de cofinanciación del BEI.
La CE quiere que la nueva cartera reserve al menos 12.500 millones de euros al año para préstamos a las pymes. Y el organismo presidido por José Manuel Barroso confía en que el apoyo total para el tejido industrial ascienda a 37.500 millones de euros entre préstamos del BEI y otros tipos de financiación indirecta o cofinanciación con cargo a las instituciones comunitarias.
Pero Bruselas pretende, además, involucrar al BEI en operaciones de más riesgo que el simple préstamo a grandes empresas solventes. Y ayer, las dos instituciones negociaban un informe “sobre cómo generar valor añadido a la nueva capacidad de préstamo” del banco. Al cierre de esta edición, el texto definitivo no estaba finalizado aún, por la objeciones del BEI, según las fuentes consultadas, a dar el visto bueno a unas fórmulas que podrían poner en peligro su calificación (triple A).
Se espera, sin embargo, que hoy mismo se remate el informe para que mañana lo analicen los ministros de Economía de la UE y el viernes que viene lo ratifique la cumbre europea. Además de las pymes, el BEI utilizará las nuevas fórmulas (como avales y cobertura de riesgos) para infraestructuras e innovación.