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Columna
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El difícil camino de la deuda en Europa

Los dos motores del repunte de los bonos de la zona euro balbucean. El aumento de la rentabilidad de la deuda libre de riesgo está golpeando a uno, y la audiencia en el Tribunal Constitucional alemán al otro. Pero un viaje difícil para la deuda periférica no es necesariamente tan malo.

Ambos motores han funcionado sin problemas durante meses. Los bajos rendimientos del papel de bajo riesgo alentaron a los inversores a buscar en otras partes, incluyendo a los gobiernos periféricos de la zona euro. El compromiso del presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, de comprar bonos soberanos si era necesario, hizo que los gobiernos más débiles parecieran menos arriesgados. Fue un alivio del caos de 2011, pero volvió a los gobiernos complacientes. La presión para llevar a cabo las reformas disminuyó.

Ahora, la rentabilidad de la deuda de bajo riesgo está aumentando, ya que la Reserva Federal de Estados Unidos contempla una política monetaria menos ultraflexible. Si la deuda segura rinde más, los valores periféricos son menos atractivos.

Si la deuda segura rinde más, los valores de los países periféricos serán menos atractivos

El potencial de compra de bonos de Draghi parece menos seguro tras el exhaustivo interrogatorio en el Tribunal Constitucional alemán que puso de relieve cuestiones que el mercado había decidido olvidar. Quedó claro que las OMT (operaciones monetarias directas) no serán ilimitadas, como Draghi había prometido. El BCE solo comprará bonos con vencimiento entre uno y tres años –un máximo de 524.000 millones de euros. Además, la audiencia enturbió el compromiso original de Draghi de que el banco central estaría expuesto al riesgo de crédito al igual que cualquier inversor.

En una crisis, el BCE tendría que hacer elegir: enfurecer a Alemania reafirmando su mandato o enfadar a los inversores oponiéndose a tener pérdidas.

Draghi no querrá que el mercado entre en pánico –lo que traería de vuelta el caos con el que tan efectivamente acabó. Estará esperando que, ante esta situación, los gobiernos salgan de su complacencia.

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