Lo que es mío es tuyo
La necesidad de ahorro dispara un cambio de modelo en el consumo. Más de 200 empresas ofrecen intercambio de coches, casas, ropa, terrenos de cultivo y hasta la posibilidad de prescindir de los bancos
Xavier Laballos se acoda en la baranda de su coqueta casa azul de dos plantas en San Francisco. La vivienda no es suya; tampoco ha sido alquilada, ni comprada. Este emprendedor catalán pasará en ella un mes a cambio de su casa de Barcelona, donde se instalará por ese mismo tiempo la familia de la casa azul. Laballos prueba en primera persona su invento, la plataforma de intercambio de alojamientos de vacaciones Mytwinplace, que ha creado junto al francés Jean-Noel Saunier, “una forma de viajar que cada vez encuentra más adeptos”. “No tiene sentido cerrar tu casa en vacaciones para pagarte un hotel en otro lugar”, cuenta el emprendedor galo.
Ese aparente sinsentido convence cada mes a mil personas nuevas en más de 50 países que buscan una forma de viajar más barata y personalizada. Pero el de estos dos emprendedores no es un éxito aislado. La necesidad de ahorro está cambiando la propiedad de bienes y servicios por su uso. Y no solo para salir de vacaciones. Un trayecto en coche, el espacio de trabajo, ropa, un terreno para cultivos de agricultura ecológica e incluso un préstamo que se salga del circuito de los bancos son algunos de los sectores que se suben al tren del consumo colaborativo, un fenómeno que en España ya aglutina a más de 200 empresas, “aunque hay muchas más, pero es una economía por ahora invisible”, dice Albert Cañigueral, ingeniero multimedia y autor del blog Consumocolaborativo, que se ha convertido en una referencia en el tema. “Dormir en casa de amigos o compartir el coche para viajar es lo que siempre se ha hecho, pero ahora se está acelerando gracias a Internet, donde se promueve la confianza entre desconocidos. Resulta más barato y la ecología sale beneficiada porque se consumen menos recursos”, asegura.
La inquietud ecológica mueve la economía colectiva
La crisis está siendo el revulsivo de una tendencia que no es una moda más, defienden sus protagonistas, sino una revolución de la sociedad de consumo gracias a la tecnología, porque elimina intermediarios y relaciona a los consumidores. “Unas veces son receptores de un bien o servicio, y otras lo ofrecen ellos mismos”, apunta Cañigueral, quien se subió a este tren cuando, trabajando para una multinacional en Taiwán, llegó a sus manos el libro Lo que es mío es tuyo, de la inglesa Rachel Botsman, gurú del consumo colaborativo. La obra ha sido celebrada en la revista Time como “una de las 10 ideas que pueden cambiar el mundo”. Pero con crisis o sin ella, “una vez que se ha probado, no hay marcha atrás y la gente quiere repetir. La experiencia es satisfactoria en el 99% de los casos”, comenta Saunier, de Mytwinplace. Otros proyectos están naciendo de la mano de consumidores que quieren comprar en la Red sin depender de las grandes empresas. Así se creó Grownies, una web de intercambio de ropa infantil para niños de 0 a 8 años que ofrece lotes de ocho prendas “en perfecto estado” por 15,95 euros. “Vienen familias que no tienen necesariamente problemas económicos graves, sino que buscan el modo de ahorrar relacionándose con otras personas”, señala su fundador, Joan Marc García.
Compartirlo todo
Casas de vacaciones:
■ www.mytwinplace.com. El acceso al repertorio de viviendas es gratuito. Una vez que los propietarios se han puesto de acuerdo, abonan 120 euros en concepto de seguros adicionales y otros servicios.
■ www.knok.com. Intercambio de casas de vacaciones en 159 países. La plataforma ofrece 30 días para probar el servicio de forma gratuita.
Coche:
■ www.amovens.com. Pone en contacto a viajeros y propietarios de vehículos que buscan ahorrar en el trayecto. Al suscribirse, el usuario da su número de teléfono móvil, una fotografía y sus preferencias de viaje.
■ www.blablacar.es. Versión española de la francesa covoiturage.fr. Auna a más de tres millones de usuarios en Europa.
■ www.carpooling.es. Servicio de coche compartido para trayectos en España y en otros países europeos.
Ropa y juguetes:
■ www.grownies.com. Intercambio de lotes de ocho prendas para niños de 0 a 8 años por 15,95 euros. El pago se realiza al recibir el pedido, por mensajería.
■ www.pikatoy.com. Alquiler de juguetes. Entrega en un plazo de 72 horas.
Comer en casa de gente:
■ www.socialeaters.com. Pensada para los viajeros que busquen personalizar su estancia con la oferta gastronómica de gente del lugar que visitan.
Alimentación:
■ www.huertosecologicos.com. Pone en contacto a personas que quieren tener un huerto ecológico y propietarios de fincas que ceden sus terrenos a cambio de compartir la cosecha.
Préstamos:
■ www.comunitae.com. Préstamos personales entre gente de confianza.
Lo que mueve a estos emprendedores de la economía colectiva suele ser una inquietud ecológica. “Para nosotros como empresa es una prioridad, tenemos la impresión de hacer algo mejor, pero no es la primera motivación del usuario; la ecología llega en tercer lugar después del ahorro y el aspecto social. Es más agradable viajar acompañado con gente que además tiene afinidades comunes”, comenta Diego Hidalgo, fundador de Amovens, una plataforma online pionera en poner en contacto a viajeros y conductores para realizar trayectos en coche que ya ofrece 76.371 rutas por toda España. Si el propietario del automóvil logra ocupar tres plazas además de la suya, puede ahorrar hasta 84 euros en el camino de Madrid a Barcelona, que suele rondar una media de 100 euros, mientras que el viajero paga 28 euros por su viaje de ida. Por el momento, el servicio es gratuito, pero la compañía prevé empezar a cobrar por hacer de intermediaria en el pago, que se realizará a través de la web.
Esta nueva forma compartida de desplazarse está siendo la locomotora de la nueva economía en ciernes, de la que Francia lleva la batuta en Europa. Una encuesta de la consultora Ipsos de noviembre de 2012 apuntaba que el 50% de los franceses ha comprado algún bien o servicio a otras personas y colocaba este tipo de intercambios como una de las soluciones para salir de la crisis. Ya se están viendo, por ejemplo, comunidades de propietarios que unen sus fuerzas para pedir un crédito bancario común y levantar su propio edificio de viviendas con criterios ecológicos y de ahorro energético.
“En este tipo de iniciativas, la vivienda no se alquila ni se compra, sino que sus participantes obtienen un derecho de uso dentro de una cooperativa”, explica el arquitecto Iñaki Alonso. Su estudio Satt se ha unido a otras empresas dentro de la red Sannas para crear Entrepatios, la primera comunidad de este tipo en Madrid, inspirándose en el modelo danés, que lleva años desarrollando iniciativas así. Por el momento ya tienen 15 familias dispuestas a invertir y han pedido un crédito para comprar el suelo donde construirán, en pleno centro de la ciudad, un edificio de 30 viviendas de madera, con lavandería común, cubierta ajardinada, aparcabicis y otros espacios compartidos. El terreno, que perteneció a Bankia, ha sido absorbido por la Sareb, la sociedad que gestiona los activos tóxicos del sector del ladrillo.
Si todo va bien y el Gobierno de Rajoy aprueba la regulación sobre el autoconsumo, que lleva más de un año parada, la cooperativa prevé producir y consumir su propia energía a partir de paneles de solar fotovoltaica. “La gestión se hace en comunidad y está previsto que, cuando el pago del crédito haya concluido, la cooperativa siga invirtiendo para promover servicios sociales en el barrio”. Ellos han acudido a una banca ética, pero también podrían haber optado por financiarse entre ellos prescindiendo de los bancos, a través de Comunitae, una plataforma de préstamos entre particulares.
Archivado En
- Día Medio Ambiente
- Revista Time
- BlaBlaCar
- Carsharing
- Transporte sostenible
- Consumo colaborativo
- Días mundiales
- Hábitos consumo
- Coches
- Bankia
- Consumidores
- Vehículos
- ONU
- Prensa
- Protección ambiental
- Consumo
- Eventos
- Empresas
- Organizaciones internacionales
- Transporte
- Economía
- Medios comunicación
- Relaciones exteriores
- Sociedad
- Medio ambiente