Comercio intergaláctico
Tras siglos en busca de señales de vida extraterrestre, un estudiante francés parece haber encontrado pruebas en un lugar inusual: los libros de contabilidad de las aduanas. Gabriel Zucman, un doctorando de la Escuela de Economía de París, ha reunido los datos de exportaciones e importaciones a nivel global. En teoría, ambos deben anularse mutuamente. Sin embargo, las estimaciones de Zucman muestran que en 2007 la cuenta corriente del mundo obtuvo un superávit de 400.000 millones de dólares, algo imposible, a no ser que haya extraterrestres comprando iPhones y iPads.
Por desgracia para los que creen en la vida alienígena, hay una explicación más mundana. Zucman piensa que el superávit del comercio mundial probablemente se debe a los errores cometidos en las cuentas de los países en desarrollo. Otra posibilidad es que el comercio esté disfrazando los flujos de capital.
En la mayoría de los países, exportadores e importadores están autorizados a hacer circular el dinero, pero los inversores no siempre tienen la misma libertad. En China, los economistas han sospechado durante mucho tiempo que las empresas utilizan el comercio para eludir los controles. Los datos de Zucman muestran que el mundo empezó a registrar un superávit comercial en 2004, cuando China comenzó a recibir capital especulativo con el objetivo de sacar provecho de la revalorización del yuan.
La falta de coincidencia no es nueva. En un documento de 1978, el economista Jeffrey Frankel demostró que las estadísticas comerciales mundiales tendían a registrar un déficit. Las cifras hacen sospechar de los datos de comercio nacionales, pero también tienen consecuencias en el mundo real. Las cuentas de capital y corrientes están vinculadas, por lo que si los superávits comerciales de los países en desarrollo parecen más grandes de lo que realmente son, las cantidades que deben al extranjero se están subestimando. Esa deuda no registrada puede tener su importancia –a menos que sea intergaláctica.