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La amnistía fiscal y el control antifraude, claves del descenso

La economía sumergida caerá al 18,6% del PIB, el nivel más bajo desde 2008

Solo Portugal y Grecia tienen niveles más elevados en la zona euro Un incremento del 5% de los pagos electrónicos afloraría al menos 3.000 millones

Por el sumidero de la economía sumergida (tanto trabajo como ventas no declaradas por empresas y particulares) se escapan cada año de las arcas públicas españolas en torno a 200.000 millones de euros, cerca de un 20%del PIB. Una cifra que dobla la línea de crédito concedida por la Comisión Europea para el rescate financiero 100.000 millones de euros) y más que duplica el déficit registrado al cierre de 2012. A medida que se inició la crisis económica esa cifra se había mantenido estable con leves oscilaciones y este año será el primero en el que caiga con fuerza hasta situarse en el menor nivel desde 2007 (195.600 millones, un 18,6% del PIB).

Así se desprende del informe elaborado por Visa y A.T. Kearney sobre la economía sumergida en España, en el que se achaca ese descenso a los 40.000 millones de bases impositivas aflorados en la amnistía fiscal y por el impacto que van a tener las medidas de lucha incluidas en la ley contra el fraude fiscal, como la limitación del pago en efectivo a 2.500 euros. Pese a esa bajada, la economía sumergida sigue siendo demasiado elevado en comparación con otros socios europeos. España está prácticamente alineada con la media de la UE-27 (18,5% del PIB), pero este indicador está muy sesgado por los elevados niveles de economía sumergida registrado en los países del este de Europa, cercanos al 30% del PIB. Si se excluyen a esas naciones, España aparece en el furgón de cola, tan solo superada por Italia (21% del PIB) y Grecia (24%). “Estamos a años luz de países como Francia o Alemania”, recalcó Luis García Cristóbal, director general de Visa Europa.

El informe propone limitar al máximo los pagos en efectivo (los autores creen que sería necesaria rebajar aún más la limitación hasta los 1.000 euros, como se ha hecho en Italia, y elevar el control sobre los billetes de 500 euros), así como eliminar las barreras para su expansión, como el elevado número de cajeros existentes o las trabas de los comercios para aceptar pagos electrónicos por debajo de 20 euros. El estudio muestra la aparente paradoja de que España cuenta con 30 terminales de pago por cada 1.000 habitantes, muy por encima de la media europea, mientras que el número de pagos electrónicos por habitante se encuentra en la franja más baja si se compara con el resto de socios. Los autores aseguran que por cada 5% que se incrementen los pagos electrónicos en España, la economía sumergida se reduciría hasta un 3%, lo que en términos absolutos supondría una inyección de 6.000 millones de euros.

Los expertos piden centrar los esfuerzos en seis sectores

El informe también incluye una serie de recomendaciones para el Gobierno con el fin de seguir reduciendo el abultado volumen de la economía sumergida. Entre ellas proponen que el Ejecutivo destine más recursos a la lucha contra el fraude fiscal (el volumen de fondos que dedica es un 54% inferior al de Italia y un 79% menor que Alemania) y que reoriente su estrategia de lucha contra el fraude, hasta ahora centrada en los asalariados y en el 30% de las grandes empresas. “La economía sumergida se concentra en las pymes, que representan el 65% del PIB y al 75% de los asalariados”, subraya.

Los autores también plantean que el esfuerzo de los inspectores se centre en seis subsectores (comercio al por mayor, tiendas de venta especializada y no especializada, reparaciones de coches y motos, ventas de coches y recambio y servicios de catering y comedor), a través de los que se podría recuperar 23.400 millones sumergidos.

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