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El sector cree que el impacto para las entidades será reducido

Linde exige nuevas provisiones para las refinanciaciones

El volumen de las refinanciaciones en 2012 ha superado los 150.000 millones La gran banca ya ha aplicado estos criterios en las cuentas del primer trimestre

El Banco de España ha puesto orden a los criterios de refinanciación de los créditos y a sus provisiones, algo que reclama desde hace tiempo Bruselas y cuya aprobación se ha visto acelerada por la crisis desatada en Pescanova (el grupo pesquero solicitó su entrada en concurso de acreedores voluntario y, según fuentes financieras, acumula una deuda de más de 3.300 millones). Los nuevos criterios suponen otra vuelta de tuerca para las dotaciones.

Al final el supervisor ha comunicado a las entidades financieras como deben provisionar los créditos que refinancian y que en varias ocasiones supone la ocultación de morosidad. Los nuevos criterios de reclasificación y de provisión ya han sido aplicados por Santander, BBVA y Banco Popular en el primer trimestre por recomendación del Banco de España, explican fuentes de las propias entidades.

Las nuevas exigencias, recogidas en una carta remitida ayer al sector, tendrán un impacto no muy elevado para el conjunto del sector, aunque será desigual según la entidad. Así, varias fuentes explican que para la banca sana el impacto en su cuenta de resultados no alterará mucho sus previsiones de beneficios para este año, aunque no ocurrirá lo mismo para el resto, que sí pueden ver mermadas sus ganancias por estas nuevas provisiones.

Según la nueva reclasificación, todas las operaciones de refinanciación serán consideradas como riesgo subestándar (pese a que el crédito esté al corriente de pago su previsible entrada en mora obliga a su provisión), lo que supone que hay que provisionar dicho préstamo en un 15%.

Para conocer el riesgo puntual de cada una de las refinanciaciones de las entidades, estas tendrán que revisar cada seis meses y de forma individualizada las operaciones para que se califiquen como riesgo normal, y por lo tanto estar exentas de dotarlas. En esta reclasificación solo deberán incluirse aquellas con “alta probabilidad” de recuperar todos los importes, según la comunicación del supervisor.

Riesgo normal

Para clasificar las operaciones como riesgo normal, la banca tendrá que tomar en consideración la inexistencia de un “dilatado” período de carencia, cuotas mensuales que no superen un porcentaje significativo de los ingresos recurrentes en el caso de los particulares o la adición de nuevos avalistas de “indudable” solvencia o de nuevas garantías eficaces.

Serán consideradas como riesgo dudoso aquellas operaciones en las que, teniendo en cuenta factores tales como la existencia de garantías eficaces, la concesión de los períodos de carencia en la amortización del capital superiores a 30 meses, o la procedencia de refinanciaciones o reestructuraciones previas, “se evidencie acusada debilidad en la capacidad de pago del prestatario”. En este caso, la provisión que debe realizar la entidad en cuestión es del 25% del total del crédito el primer año y del 100% a partir del segundo. Aunque, este porcentaje se aminora según las garantías.

El Banco de España avisa en su carta de que prestará “atención” a estos nuevos criterios de reclasificación en su supervisión. La institución que encabeza Luis María Linde argumenta los nuevos criterios ante las diferencias en políticas contables de las entidades.

En la actualidad, la banca cuenta en sus balances con más de 150.000 millones de euros en refinanciaciones. El supervisor señala además que los bancos deberán disponer de estimaciones “suficientemente actualizadas” del valor de las garantías existentes, adecuadas a las condiciones del mercado. “Las decisiones adoptadas deberán ser revisadas periódicamente, con el fin de comprobar su eficacia y la posible existencia de incidencias”, añade.

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