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Optimismo contenido entre los principales banqueros

La banca pide al Gobierno más reformas y apoyo a las pymes

El sector reivindica su hegemonía en el crédito a empresas, frente al mercado de pagarés

Alfredo Sáenz, consejero delegado de Santander, y Cristóbal Montoro, ministro de Hacienda, se saludan en las jornadas de banca de Deloitte.
Alfredo Sáenz, consejero delegado de Santander, y Cristóbal Montoro, ministro de Hacienda, se saludan en las jornadas de banca de Deloitte.Pablo Monge

La banca intenta lanzar un mensaje de moderado optimismo en vísperas del nuevo paquete de reformas estructurales que prevé anunciar el Gobierno este viernes, bajo la presión de no perder de vista el requerimiento de recorte del déficit que llega desde Bruselas, con quien el ejecutivo que preside Mariano Rajoy negocia estos días una prórroga que permita retrasar en dos años, hasta cierre de 2016, el exigente objetivo de reducir el déficit público al 3% del PIB.

Los desafíos a los que se enfrenta la economía española se hicieron ayer patentes al conocerse que el dato definitivo, confirmado por Eurostat, del déficit público español de 2012 ascendió al 10,6% –7% sin las ayudas a la banca–. Y en declaraciones al diario Wall Street Journal, el ministro de Economía, Luis de Guindos, desvelaba lo que ya todo el mercado descuenta desde hace meses, que la economía española no se contraerá este año el 0,5% previsto hasta ahora por el Gobierno sino un 1,5%, en línea con las previsiones que para España ya avanzaba la Comisión Europea y el FMI.

“La recuperación de la economía española va a ser lenta y dura”, advirtió ayer el consejero delegado de Banco Santander, Alfredo Sáenz, durante su intervención en el XX Encuentro del Sector Financiero Sentando las bases para la vuelta al crecimiento, organizado por ABC y Deloitte. El banquero quiso aun así declararse “moderadamente optimista”, al destacar que se están poniendo los cimientos para la salida de la crisis, aunque “puede que esto no resulte visible en el día a día”. El diagnóstico de Juan María Nin, consejero delegado de CaixaBank, en este mismo foro fue que la economía española está entrando “en zona de inflexión”.

Y al tiempo que ambos reconocieron la mejoría de los últimos meses, también lanzaron un mensaje directo al Gobierno para que profundice en la senda de las reformas estructurales que han permitido apaciguar a los mercados y rebajar los costes laborales. “Tenemos por delante la gran oportunidad con la agenda de reformas estructurales”, insistió Nin. “España es ahora un destino de inversión atractivo”, destacó a su vez Sáenz, con el argumento de unos activos a la venta con precios reducidos, unos salarios competitivos y unas excelentes infraestructuras. “Estamos ante una excelente oportunidad para entrar en el círculo virtuoso. Habrá recuperación de la inversión productiva. El ajuste fiscal será más fácil y conducirá a la disminución de las primas de riesgo. Este ciclo se retroalimenta, pero hay que seguir haciendo reformas”, añadió el consejero delegado de Banco Santander.

El presidente de Banco Popular, Ángel Ron, concentró en el apoyo a las pymes su mensaje particular para el Gobierno. “Necesitamos una estrategia clara para la internacionalización de las empresas españolas, en especial de las pymes”, señaló Ron durante su intervención en las jornadas. El banquero señaló como uno de los claros desafíos para el sector el restablecimiento de los canales habituales de crédito y reivindicó el papel de la banca como fuente de financiación para la pequeña y mediana empresa.

Para Ron, “el crédito bancario va a ser la fuente principal de la financiación de las pymes en su desarrollo exterior”. No así otras fórmulas alternativas que se han barajado desde el propio Gobierno, como el mercado de bonos y pagarés para pymes que, en opinión del banquero, plantea problemas como la visibilidad en el mercado de capitales de los valores emitidos por una pyme o la supervisión y regulación de esos mercados.

Ron ha recordado la arraigada vocación de Popular en la financiación a pymes y particulares y ha indicado la intención de la entidad de dejar atrás la crisis sin renunciar a ese modelo de negocio, al tiempo que ha recordado, sin paños calientes, las dificultades para ganar cuota de mercado “en una economía que no crece”. El banquero ha recordado el gran peso que las pymes tienen en el tejido económico español, donde representan el 80% del empleo –solo las microempresas suponen el 46,8% del total–, frente al porcentaje del 66,3% que representa el conjunto de las pymes en la Unión Europea. Y muestra de su escasa competitividad es el hecho de que, en términos de valor añadido bruto, las pymes españolas aportan el 55,3% del total, frente al 51,7% de la media europea.

Los principales banqueros españoles aprovecharon también para reclamar una regulación a nivel europeo que no sea obstáculo para la reactivación del crédito y el fuerte contraste entre el acceso a la financiación en los países del núcleo duro de la zona euro y la periferia. Por ejemplo, según explicó Ron, una pyme alemana consigue crédito por un importe de 250.000 euros a un plazo del 4,4%, mientras que una española debe pagar el 5,62%. Eso si logra acceder al crédito bancario.

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