La banca coquetea con las pymes sin presionar el grifo del crédito
Un 20% del sistema financiero español no puede prestar a promotores ni constructoras por imperativo de Bruselas. Bankia, Catalunya Banc o Novagalicia deben abstenerse de facilitar financiación a estas empresas causantes en gran parte de todos sus males. La banca sana puede, pero no quiere. Lógico, si se tiene en _cuenta el nivel de provisiones que ha tenido que hacer el sector para sanear su balance intoxicado de tanto ladrillo. Tan solo en 2012 los bancos han tenido que provisionar y reforzar su capital en 115.000 millones, algo más de 11% del PIB.
El problema es que el corte del crédito es generalizado, y las pymes, principales motoras de la economía española, o por lo menos hasta ahora, se asfixian. Que la financiación no llega a la economía real, que las empresas medianas y pequeñas no reciben créditos, que las ayudas europeas a la banca por 42.000 millones de euros no han logrado que fluya la financiación pese a que esta inyección de capital la pagará toda o en gran parte el contribuyente son temas ya muy manidos. Parecen palabras huecas.
Pese a ello, en las últimas semanas o meses, los bancos han comenzado a volcar su estrategia comercial en este nicho de mercado, la financiación a pymes. Una política comercial que tiene como objetivo buscar la mayor rentabilidad de la actividad bancaria en un momento en el que la sequía del negocio preocupa a entidades sanas y menos sanas.
No hay que olvidar que la financiación a pymes puede representar alrededor del 50% del total del crédito de un banco como Popular, cuya principal actividad es precisamente el negocio con la pequeña y mediana empresa. Este porcentaje es superior si se compara su aportación al margen financiero. Para este año Popular acaba de anunciar una línea de crédito para empresas de 3.500 millones de euros.
Las malas perspectivas de este ejercicio para la actividad financiera fueron, de hecho, una de las principales preocupaciones que pusieron sobre la mesa los banqueros españoles, incluidos el presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri, y su homólogo de CaixaBank, Isidro Fainé, en una reunión que mantuvieron el pasado 1 de abril.
La morosidad seguirá su ritmo ascendente a lo largo de todo el presente ejercicio, según apuntan todos los directivos financieros consultados. “Mientras que la masacre del paro no termine la mora seguirá creciendo. Y parece que como mínimo hasta 2014 no se creará empleo”, asegura un ejecutivo de un destacado banco, cuya opinión coincide con la de casi todo el sector. De una tacada todos los bancos han pasado de presumir de créditos hipotecarios a especializarse en créditos a pymes. A ello también ha contribuido no solo el desplome de las hipotecas, sino los continuos mensajes del Gobierno, Europa y sobre todo del Banco Central Europeo (BCE) para que la banca financie el tejido industrial del país.
El presidente del BCE, Mario Draghi, fue muy claro: “Los bancos españoles están bien capitalizados y en posición de prestar”. El Gobierno pretende que la banca pública sea la dinamizadora del crédito una vez que está reconocida como la más solvente tras las ayudas recibidas. De momento, Bankia ya ha concedido en los tres primeros meses del año 2.200 millones de euros de nuevo crédito.
Pero pese a que casi todos los bancos han anunciado que su principal reto este año es financiar a las empresas, lo cierto es que todos miden al milímetro el dinero que prestan. No quieren más sorpresas en su cuenta de resultados por haberse saltado nuevamente la línea roja de la morosidad. Además, la demanda solvente de financiación es menor porque las empresas o no pueden o no quieren invertir, el número de actores para conceder créditos se ha reducido drásticamente, y los que hay quieren desapalancarse. “Ahora hay pocos bancos y no quieren asumir demasiado riesgo. Lo que dice el BCE para el conjunto de los bancos europeos se hace más patente en los españoles. La banca está más preocupada por ganar solvencia que en prestar”, reconoce el directivo de un importante banco.
Según estudios del Instituto Nacional de Estadística (INE), España es el país de Europa en el que más ha caído la financiación a este sector desde que se inició la crisis en 2007. Hace dos años una de cada cuatro pymes no podía financiarse. Ahora la proporción es mayor. Y eso que estas empresas representan el 85% del nuevo empleo en Europa, según la CE.
Otro estudio de La Caixa del pasado año titula uno de sus apartados: Financiación a pymes en España, emergencia a corto plazo, desafío a largo. Y mientras, los banqueros no se ponen de acuerdo sobre cuándo comenzará el crecimiento del crédito. El presidente de Banco Sabadell, Josep Oliu, cree que no será hasta 2015. Goirigolzarri dice que puede ser a finales de este año.