Carceller, Oetker y Sousa, el poder de tres familias en Pescanova
El grupo alemán Oekter, con el 25% de Damm, facturó 10.000 millones en 2011 Disa, de los Carceller, ingresó 2.219 millones en 2011; Damm facturó 900 millones en 2012 Pescanova tiene un negocio anual de 1.664 millones
La crisis desatada en Pescanova implica a tres de las familias más poderosas en la industria europea de la alimentación . Los Sousa y los Carceller, en España, y los Oetker en Alemania representan a grupos empresariales que suman una facturación anual cercana a los 15.000 millones de euros: el grupo alemán Oetker ingresa anualmente 10.000 millones; Pescanova (controlada por Manuel Fernández de Sousa) facturó 1.664 millones en 2011; y Damm (de la familia Carceller) 900 millones en 2012; la otra compañía de los Carceller, la petrolera Disa, facturó 2.219,3 millones en 2011.
Grupo Damm posee el 6,1% de Pescanova y, a su vez, Oekter posee el 25% de Damm. Sousa cuenta con el 14,4% de Pescanova. Según fuentes cercanas al consejo de la empresa gallega, Damm se negó a finales de febrero a firmar las cuentas de la compañía del ejercicio pasado. El 1 de marzo Pescanova solicitó su entrada en preconcurso.
Los tres grupos empresariales, Pescanova, Damm-Disa y Oekter, están dirigidos por descendientes de los fundadores.
Manuel Fernández de Sousa (Badajoz, 1951) está al mando de Pescanova desde 1978. Su padre, José Fernández, fundó la compañía en 1960. Su hermano, José María Fernández de Sousa, es presidente de Zeltia, el grupo que controla Pharmamar, que investiga las propiedades de algas marinas para producir medicamentos.
El grupo Oetker, con el 25% de Damm, tiene la mayor flota naviera privada de Alemania
Pescanova cuenta con 10.000 empleados. Las dudas sobre la contabilidad de la empresa –fuentes financieras temen que la deuda real de Pescanova supere los 2.500 millones, frente a la reconocida hasta ahora de 1.522 millones–, han situado a Pescanova en uno de los momentos más complicados en sus más de 50 años de historia.
Cerveza y gasolina
Damm está representado en el consejo de Pescanova por José Carceller Arce. Su hermano Demetrio Carceller es vicepresidente de Sacyr, donde posee el 13% del capital a través de Disa, la petrolera de los Carceller, germen de la fortuna familiar. Demetrio Carceller Segura, abuelo de ambos, fue ministro de Industria y Comercio de Franco en los años cuarenta del pasado siglo.
Grupo Damm cuenta con una plantilla de 3.065 personas y ganó 82 millones en 2012 tras facturar 900 millones de euros. La compañía es propietaria de marcas como la cerveza Damm, el grupo Rodilla, el agua Fuente Liviana o los batidos Cacaolat.
Carceller es propietario de Disa, la mayor petrolera en Canarias, con 147 estaciones de servicio. De acuerdo a las últimas cuentas depositadas en el Registro Mercantil por Disa Corporación Petrolífera, relativas al ejercicio 2011, la compañía facturó ese año 2.219,3 millones de euros (un 17% más que en 2010) obteniendo 71,3 millones de beneficio.
Según las mismas cuentas, Disa contabiliza el 13% en Sacyr y sus acciones en Repsol (por importe de 2,6 millones), Ebro Puleva (por 30,2 millones) y Bankia (por 19,1 millones) como “activos disponibles para la venta”.
Además de sus participaciones en las cotizadas Damm, Sacyr y Pescanova, los Carceller poseen el 9,75% de Ebro Foods (también en Bolsa). En el consejo de Ebro Foods se sientan Demetro Carceller Arce y Rudolf-August Oetker, de la multinacional alemana Oetker, también consejero de Damm.
26.228 empleados
Los Carceller tienen como aliados a uno de los mayores grupos empresariales familiares de Europa, el alemán Oetker, fundado en el siglo XIX, con el 25% de Damm, que emplea a 26.228 personas.
La familia Oekter controla negocios millonarios de alimentación (a través de Dr. Oekter comercializa postres, yogures, pizzas congeladas...); bebidas (es propietario de marcas de cervezas como Radeberger o Clausthaler, y de vinos a través de la empresa Henkell & Co. Sektkellerei); industria (es dueña del grupo Hamburg Süd, la mayor compañiá privada de buques de Alemania, con 160 barcos y una plantilla de 4.500 personas); y banca (los Oekter son propietarios de Bankhaus Lampe, un banco de inversión alemán fundado en 1852).
Además poseen negocios relacionados con la industria química, el transporte (Roland Transport) y el turismo (la cadena de hoteles de lujo Oekter, con establecimientos en Alemania, Francia y Marruecos).
Según la memoria del ejercicio 2011 del grupo Oekter, ese año el holding facturó 10.011 millones de euros. El negocio de los barcos es el que más ingresos generó (4.752 millones de euros), seguido del de la alimentación (2.337 millones). Richard Oekter, que dirige hoy la división de alimentación del grupo, sufrió un secuestro en 1976, con 25 años.
“Los intereses de la compañía priman sobre los de la familia” comienza diciendo la memoria del ejercicio 2011 del grupo alemán. Los Oekter, más allá de su participación en Damm y Ebro, están presentes en España con una fábrica en Molina del Segura (Murcia) de su empresa de pastelería Martin Braun; una fábrica en Zaragoza, en La Zaida, de su empresa química Budenheim; y otra en Valencia, de aditivos alimenticios, de Budenheim Altesa.
El grupo debe presentar las cuentas “a la mayor brevedad posible”
Consejeros, accionistas y acreedores de Pescanova aguardan a que la compañía presente sus cuentas de 2012 reformuladas. La empresa anunció el 28 de febrero que no presentaba el ejercicio y un día después se acogió al amparo concursal.
La CNMV instó al grupo a presentar las cuentas “a la mayor brevedad posible”. De acuerdo a fuentes financieras consultadas por este diario, se esperaba que hoy día 22 de marzo fueran expuestas las nuevas cuentas al consejo de administración del grupo.
Sin embargo, según fuentes cercanas al grupo de Fernández de Sousa consultadas ayer, la compañía ha solicitado más tiempo para presentarlas, en concreto ocho días. Una vez lo haga la firma que audita en la actualidad las cuentas de Pescanova, BDO, tendrá que realizar un informe de auditoría.
Al mismo tiempo la consultora KPMG y el despacho de abogados Freshfields, contratados por la banca acreedora (45 entidades han financiado la actividad de Pescanova) analizarán las mismas cuentas.
Los recelos de accionistas y acreedores sobre los libros del grupo de Fernández de Sousa son razonables una vez que Pescanova reconociera a la CNMV, en un comunicado enviado el pasado 12 de marzo, que había detectado “discrepancias entre su contabilidad y las cifras de deuda bancaria”. El hecho de que Pescanova solicitara preconcurso, lo que supone que la compañía prevé que pueda ser insolvente a corto plazo, no cuadra con las cifras de negocio, deuda y beneficio presentadas con anterioridad. En febrero el presidente de Pescanova dimitió de su cargo en varias filiales del grupo, entre ellas Novapesca Trading, con deudas millonarias con empresas del grupo.