Francia aplazará nuevos ajustes hasta después de 2013 por su impacto recesivo
El país prevé cumplir el objetivo de déficit en el 3% del PIB en 2014 Hollande mantiene su proyecto de alcanzar el “déficit cero” al final de su mandato en 2017
El ministro francés del Presupuesto, Jérôme Cahuzac, reconoció que los ajustes, sean en forma de nuevos impuestos o recortes del gasto, tienen un efecto recesivo a corto plazo y por eso no se aplicará ninguno más durante este año.
“Teniendo en cuenta la debilidad de la coyuntura actual, está descartado pedir nuevos esfuerzos a los franceses en 2013”, declaró Cahuzac en una entrevista publicada hoy por 'Le Journal du Dimanche'.
Constató que “el restablecimiento de las cuentas públicas con impuestos o ahorros tiene siempre consecuencias recesivas a corto plazo. Pero, a medio plazo, favorecerá el crecimiento”.
Por eso justificó la directiva que consiste en reducir el gasto público en términos absolutos en 1.500 millones de euros en 2014, un ejercicio en que el objetivo de su Gobierno será cumplir con la regla europea de que el déficit no supere el 3% del Producto Interior Bruto (PIB).
El objetivo del 3% estaba fijado inicialmente para 2013, pero el Ejecutivo francés decidió abandonarlo oficialmente a finales de febrero ante las malas perspectivas económicas, confirmada por la Comisión Europea.
Cahuzac se reafirmó en el anuncio hecho esta semana por el primer ministro, Jean-Marc Ayrault, de pedir a todos sus ministros que en sus presupuestos para el año próximo tengan en cuenta una disminución global de sus dotaciones de 5.000 millones de euros, ya que habrá que financiar 3.500 millones del plan de competitividad.
Y avanzó que en esos recortes “no hay ministerio intocable”, aunque garantizó que no habrá recortes de efectivos ni en la educación, ni en la policía, ni en la gendarmería, de acuerdo con los compromisos del presidente, François Hollande.
El titular del Presupuesto subrayó que Hollande mantiene su proyecto de alcanzar el “déficit cero” al final de su mandato en 2017, y eso “no para dar gusto a la Comisión Europea o a las agencias de calificación, sino para recuperar nuestra soberanía, alienada por los mercados estos últimos años”.