Santander ofrece prejubilaciones con el 70% del sueldo desde los 55 años
La propuesta incluye bajas incentivadas a 33 días Los sindicatos consideran insuficiente la oferta
El ajuste laboral que se prepara para iniciar Banco Santander con motivo de la absorción de Banesto se ha convertido en el paradigma del modelo no traumático de salidas, en el que priman la voluntariedad y generosas indemnizaciones, frente a la vía de los despidos forzosos ceñidos a los supuestos más conservadores de la reforma laboral. Un sistema que ha pasado de ser la norma en el sector financiero español a convertirse en la excepción y en el espejo en el que se mirará la banca sana en procesos en ciernes como el de CaixaBank. Con los ojos de los trabajadores y directivos propios y ajenos pendientes del proceso, por tanto, Santander acaba de lanzar su primera propuesta.
Siguiendo el protocolo de fusión sellado con los sindicatos el pasado 15 de enero, la entidad que preside Emilio Botín ha apostado por las prejubilaciones como la principal vía de ajuste de empleo. Las condiciones iniciales planteadas a los representantes de su plantilla hablan de un plan de salidas para los trabajadores de 58 o más años, cifra que se reduce a los 55 años para el personal de Madrid. Esta concesión se produce para facilitar un mayor número de salidas en una región que, albergando tanto los servicios centrales de Banesto como de Santander, promete ser un importante foco de duplicidades. Los beneficiarios del programa se irían cobrando el 70% de su salario hasta que accedan a la jubilación.
Por este lado, las condiciones no se alejan en exceso de las pactadas en el ajuste de Bankia, que se ha convertido en el modelo para las entidades nacionalizadas. Allí, el plan de prejubilaciones se dirige a los empleados que tengan cumplidos los 54 años a finales de 2013 y en el que los beneficiarios percibirían el 60% de su retribución total bruta, con un tope en los 350.000 euros, durante un máximo de cinco años.
Blindar las salidas ante la reforma de las pensiones
Una de las reclamaciones que las centrales sindicales pretenden incluir en su contrapropuesta sobre el ajuste laboral de Banesto, es la de blindar a los beneficiarios del programa de prejubilaciones ante la posible reforma que estudia Empleo para endurecer el acceso a la jubilación. La idea es que en paralelo al retraso en la edad de jubilación desde los 65 a los 67 años, también se eleve la edad de acceso a la jubilación anticipada de los 61 a los 63 años. Un cambio que podría perjudicar a los prejubilados, a los que normalmente su empresa les cubre un convenio especial con la Seguridad Social hasta los 61 años y podrían quedar ahora con dos ejercicios sin cotizar. El reciente acuerdo de Bankia ya incluía una cláusula que blindaba a los prejubilados ante este tipo de cambios, garantizando que la entidad cubriría el plazo adicional si fuera necesario.
La gran diferencia entre ambos procesos estriba en que Bankia debe alcanzar las 4.500 salidas con lo que, si bien unas 1.700 personas se irían por la vía de las prejubilaciones, el resto deberán salir con bajas incentivadas e, inevitablemente, un buen número lo hará mediante despidos forzosos. En Santander, en cambio, el proceso se basa en el compromiso de no recurrir a vías traumáticas con lo que prejubilaciones y bajas incentivadas deben bastar para cerrar el proceso.
De esta parte, Santander ha previsto una ventana temporal en la que los empleados menores de 49 años podrán acogerse a un plan de salidas voluntarias. Este sería incentivado con unos 33 días de salario por año trabajado, la indemnización por despido improcedente que marca la nueva legislación laboral, más una serie de primas adicionales por definir.
Tres días más que en Bankia
Los representantes de CC OO y de UGT, sindicatos mayoritarios en la entidad, consideran, sin embargo, que estos planteamientos son “claramente insuficientes”. De hecho, las plataformas preparan estos días una contrapropuesta que presentar a la entidad el viernes, la próxima jornada de negociación prevista. Del lado de las prejubilaciones, desde los sindicatos recuerdan como habitual que los beneficiarios se fueran con el 90% de su salario, frente al 70% que se ofrece, con lo que esperan elevar el porcentaje. Por la parte de las bajas voluntarias, las centrales consideran poco incentivo una indemnización de 33 días de salario, cuando antes se pagaba por encima de los 45 días. CC_OO y UGT confían en negociar al alza la cifra, teniendo en cuenta que “Santander debe diferenciarse” del ejemplo de la nacionalizada Bankia, donde, aunque inicialmente se plantearon 20 días por año trabajado, se terminaron pactando 30 días.
Tres años
El plan de salidas dibujado por Banco Santander para afrontar la suma de los 8.000 empleados de Banesto a sus 19.000 trabajadores se basa en un programa de prejubilaciones y bajas incentivadas que debería completarse en un periodo de tres años.