"Las auditoras hemos hecho más cosas bien que mal"
En 1977, con 22 años y graduado en Administración de Empresas por la Universidad Complutense, José Miguel Andrés (madrileño de 57 años) inició su carrera profesional en una España convulsa y acorralada por la crisis económica. Tres décadas más tarde, el terremoto financiero que comenzó con la caída de Lehman Brothers lo encontró al frente de Ernst & Young, la firma estadounidense que preside en España desde 2004 y que pertenece al club de las cuatro grandes de los servicios de consultoría y auditoría, junto con Deloitte, KPMG y PwC. Tiene un sueño: que en el momento de jubilarse la crisis sea un asunto del pasado. Desde su despacho de la Torre Picasso de Madrid asegura que el clima en el mundo de la empresa mejora por momentos.
Pregunta. ¿Cómo le ha ido a la empresa el año pasado?
Respuesta. Cerramos el último ejercicio el 30 de junio de 2012 con un crecimiento de más del 4%, con lo cual ha sido un año de buena actividad teniendo en cuenta las circunstancias. Como consecuencia de la crisis, algunas áreas se han visto afectadas y otras han tenido un buen crecimiento, como los servicios multidisciplinares que prestamos en los concursos de acreedores.
P. Pero en un balance global, ¿el impacto de la crisis es positivo o negativo para el negocio?
R. Hemos intentado buscar las oportunidades que la crisis nos ofrecía, pero creo que en el largo plazo siempre es negativo, porque se reduce el abanico de empresas y se reduce el mercado. En el sector financiero, de 45 cajas de ahorros y 20 bancos vamos a pasar a un total de 10 o 12 bancos después de la reorganización del sistema. Si bien es cierto que durante el proceso de reordenación bancaria se nos demandaron muchos servicios, el resultado final de la crisis bancaria va a ser negativo para el sector de servicios profesionales.
P. A las auditoras se las culpa de no haber detectado los problemas que tenían algunas de las empresas que desencadenaron la crisis. Por otra parte, el Gobierno las ha contratado para dar mayor credibilidad al examen de la morosidad de los bancos. ¿Cómo ha afectado todo esto a su prestigio?
R. A todos los que estamos en el mercado se nos ha criticado, a algunos más y a otros menos, por nuestra falta de diligencia en detectar de forma pronta la situación de crisis. Yo creo que la crítica social se ha centrado más en las agencias de rating y en la actuación de los supervisores bancarios, pero a nosotros también nos ha tocado nuestra parte. Hay que ser humildes y aprender de estas situaciones para mejorar. Pero a la hora de realizar determinados trabajos son las grandes empresas, como Ernst & Young, las que tienen los recursos mejor preparados y la mejor metodología. Si miramos el conjunto de nuestra historia, y puedo hacerlo extensivo a PwC, KPMG y Deloitte, creo que es justo concluir que hemos hecho muchas más cosas bien que mal y que nos hemos ganado esta credibilidad que demandan y reconocen los mercados.
P. ¿Cuál ha sido su mayor desafío en estos ocho años?
R. Cuando compites contra otros colegas por una propuesta en la que te juegas una parte importante de los ingresos del año o cuando se produce una operación corporativa de compra o de venta de un gran cliente, hay que dejarlo todo, reaccionar y dar prioridad a esa demanda. Se vive una tensión y un estrés importantes. En 2012 el más singular ha sido el trabajo para el Banco de España en relación con la revisión del riesgo de crédito de los bancos. Se nos encomendó el análisis de cinco grandes grupos bancarios, entre los que estaban BBVA y Banco Santander, por lo tanto tuvimos la parte principal de revisión del riesgo de crédito del sistema bancario español. Fue un gran reto. Fueron días de verano intensos.
P. ¿Cómo vive esos momentos de tensión?
R. No tengo ninguna técnica para eliminar el estrés, creo que cuando tienes estrés tienes que vivir la tensión. Yo me estreso, me enfado, grito, después se me pasa y seguimos. Creo que la tensión es buena. Te ayuda a pensar rápido. También es cierto que cada vez me estreso menos y aprendo que las cosas vienen y van.
P. Ahora que hay una mayor estabilidad en los mercados y que se empiezan a ver algunas señales positivas, ¿notan en los empresarios un clima de mayor optimismo?
R. Sí, dentro de la seriedad que tiene la situación actual y de la incertidumbre que todavía existe, estamos mucho mejor que hace un año o dos. Y eso se nota. Hay un ambiente de mayor optimismo de cara a la identificación de planes de negocio a medio y largo plazo y ya empezamos a ver inversores extranjeros serios interesados en España.
Una compañía en la que la gente "se lleva bien"
Al mirar hacia atrás y hacer un balance de sus ocho años al frente de la compañía, el presidente de Ernst & Young destaca como uno de sus mayores logros "el haber consolidado una firma en la que la gente se lleva bien". Las encuestas indican a la empresa que el clima laboral ha mejorado sustancialmente. "Y lo hemos conseguido en un contexto de reducción de subidas salariales", subraya Andrés. "Desde un punto de vista de negocio ha sido muy gratificante pasar en ocho años de ser la firma auditora que menos cuota de mercado tenía en las empresas del Ibex 35 a ser, como somos hoy, la segunda, por detrás de Deloitte y bastante por encima de PwC y de KPMG