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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Las trabas alemanas al nuevo MEDE

Los gobiernos de la eurozona acordaron el año pasado que el fondo de rescate, el Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE), debería poder recapitalizar bancos de forma directa. Esto no puede pasar antes de que funcione el supervisor bancario común. También requerirá un cambio en su tratado fundacional. Alemania ha destacado algunos problemas que hacen que parezca que tiene un doble pensamiento sobre esta reforma. Pero esos problemas deben solucionarse. Primero, sobre la nueva naturaleza del MEDE, y segundo por la capacidad de su cortafuegos.

Los cambios allanan el camino para una “europeización” de las entidades, en lugar de una nacionalización. El MEDE tendrá que adquirir una competencia que ahora no tiene. Tendrá que enviar a consejeros o incluso supervisores a los bancos recapitalizados. Además, el riesgo de un peligro moral tiene un lugar preponderante, de ahí la insistencia de Alemania en algún reparto de las cargas que incluiría a los tenedores de bonos. Berlín también quiere que los gobiernos aporten el 30% de los costes de recapitalización.

La cantidad total del MEDE para recapitalizar de forma directa no debería ser superior a 125.000 millones

La capacidad de préstamo del MEDE, unos 500.000 millones de euros, también se verá afectada. Poner capital en bancos privados es más arriesgado que prestar a soberanos. Las agencias de rating han dicho al fondo que debería limitar su poder si quiere mantener su calificación. La cantidad disponible para una recapitalización directa de los bancos no debería ser superior a 125.000 millones. Si las agencias no ven con buenos ojos el usar cualquier dinero prestado a los bancos, el poder del MEDE sería limitado a 80.000 millones de euros.

Una posibilidad sería separar los fondos de recapitalización. Pero esto requeriría nuevas garantías de los estados miembros. Visto desde esta perspectiva, la sugerencia de Wolfgang Schauble de asignar 80.000 millones para los bancos parece sensata.

Superar estos problemas necesitará el acuerdo de todos los miembros, y Alemania tendrá que pedir la aprobación del Bundestag. Probablemente, la eurozona no tendrá el MEDE reformado y funcionando hasta el año que viene. Mientras, los gobiernos tendrán que improvisar si surge una nueva crisis bancaria.

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