Los ajustes públicos y el débil consumo lastran la actividad en la UE y Japón
Las cifras de actividad del cierre de 2012 aportan más argumentos para quienes defienden que solo con ajustes la economía de la zona euro no saldrá de su actual letargo. Alemania apenas creció un 0,7% y Francia registró un avance nulo (0,0%). Los recortes del gasto y la debilidad del consumo fueron los principales responsables de este deterioro.
Auna semana de que Bruselas publique sus nuevas previsiones de crecimiento de primavera, los números con los que cerraron la mayor parte de los países de la UE el ejercicio de 2012 son muy poco alentadores. Alemania y Francia, principales locomotoras de la actividad en el Viejo Continente, registraron en el último trimestre del año cifras de actividad peores que el resto del ejercicio, lo que constata que después del verano todos los principales indicadores sufrieron un notable deterioro.
La economía alemana se contrajo entre octubre y diciembre pasados un 0,6% en comparación con el trimestre anterior, mientras que en el conjunto del año el PIB se incrementó un 0,7%, según publicó la Oficina federal de Estadística. Pese a que las previsiones a futuro son optimistas y apuntan a que este bache de final de año se habría superado ya, lo cierto es que no se producía una contracción de esa magnitud desde 2009.
La crisis de la zona euro y la debilidad de la coyuntura mundial fueron las causas principales del retroceso del PIB. Y aunque las exportaciones continuaron siendo el motor del crecimiento alemán, los mejores números fueron los registrados por las ventas a países fuera de la Unión Europea, en especial los emergentes. La economía francesa, por su parte, se contrajo un 0,3% en tasa intertrimestral, mientras para el conjunto del año registró un avance nulo. La Oficina de Estadística local explicó que en los tres últimos meses del año se produjo una disminución del 1% de la inversión, tanto de la privada (que fue del -1,2%), como de la pública (-0,9%), resultado de las políticas de ajuste del Ejecutivo y del recorte del consumo de los particulares (-0,8%). Así, el enfriamiento de las dos grandes economías de la zona euro explica que las cifras preliminares para todo el área que publicó ayer Eurostat fueran peores que las del trimestre anterior.
La actividad económica en los países que comparten moneda experimentó en el último trimestre de 2012 una contracción del 0,6% respecto a los tres meses anteriores, cuando había bajado un 0,1%, lo que supone encadenar tres trimestres consecutivos con caídas del producto interior bruto (PIB).
En el conjunto del año la actividad registró una contracción de medio punto porcentual, frente a la expansión del 1,5% en el ejercicio 2011. Italia, la número tres del euro, registró una disminución del 0,9% en el mismo periodo.
De este modo, seis de los diecisiete miembros de la eurozona (España, Italia, Chipre, Países Bajos, Portugal y Finlandia) se encontraban en recesión en el cuarto trimestre, además de Grecia y Eslovenia, cuyos datos no fueron actualizados. Luxemburgo, que ya registró una contracción de la actividad en el tercer trimestre, aún no había presentado ayer sus datos del cuarto trimestre, por lo que hasta un total de nueve países del euro podrían haber cerrado 2012 en recesión.
Estos datos "son peor de lo esperado en varios países", reconoció ayer el portavoz económico de la Comisión Europea, Simon O'Connor, aunque "son mejor de lo esperado en otros, como España".
Y es que la economía española mantuvo su tendencia a la baja con una caída mayor (-0,7%) entre octubre y diciembre respecto a la registrada en los otros trimestres del año (-0,4% tanto en el primero como en el segundo y un suave -0,3% en el tercero).
O'Connor destacó que, en general, el crecimiento de los Estados miembros está "por debajo de las expectativas de los mercados" y destacó la debilidad de la actividad económica, que estimó que no se recuperará hasta la segunda mitad de este año. El portavoz recordó que, aún cuando el crecimiento económico comience a despegar, habrá un "desfase" que retrasará su impacto positivo sobre la creación de empleo.
Esta situación de extremada debilidad tuvo su traslado, como era lógico esperar, a economías como la nipona, la tercera del mundo, que también publicó ayer cifras de cómo había cerrado su producto interior bruto. Japón cerró 2012 todavía sumida en lo que técnicamente los analistas califican de recesión (dos o más trimestres consecutivos con descenso de actividad), ya que de octubre a diciembre su PIB se contrajo un 0,1%, mientras que para el conjunto del ejercicio se incrementó un 1,9%. En el caso japonés, su economía se vio lastrada por la crisis de la zona euro, ya que el consumo privado, uno de los pilares de su actividad, avanzó un 0,4% anual y la inversión inmobiliaria también repuntó un notable 3,5%. Por el contrario, la inversión corporativa se redujo un 2,6% por las malas perspectivas globales y las exportaciones, que suponen el 40% de su producto, disminuyeron un 3,7% anual.
El Banco Central Japonés insistió en el "alto grado de incertidumbre" que aún planea sobre la economía nipona, sobre todo debido a la crisis de deuda en la euro zona, la "suave transición" de algunas economías emergentes a la senda de crecimiento sostenido o los efectos negativos de la tensión territorial entre China y Japón. De este modo, el emisor espera que la economía nipona se mantenga estable este año antes de "retornar a la senda de la recuperación moderada".
Los expertos defienden que el compromiso del BCE para hacer lo que sea con tal de salvar el euro ha enfriado la crisis de la deuda, pero estas cifras parecen apuntar que hasta las economías más fuertes están atrapadas por una enfermedad crónica que podría frustrar sus intentos por recortar los déficit públicos. Y_es que, sin actividad no pueden aumentar los ingresos.
Ante este escenario, algunos analistas aseguran que el BCE debería tener ya preparado un plan de choque que podría contemplar la bajada de tipos en medio punto hasta el 0,25% e incluso los hay que hablan de la posibilidad de tipos negativos para la facilidad de depósitos, lo que obligaría los bancos de la euro zona a pagar por dejar dormir su dinero en el BCE.
Peores pronósticos para el desempleo
La debilidad de la economía de la zona euro provocará el estancamiento del producto interior bruto (PIB) de la región este 2013, mientras que el desempleo alcanzará el 12,1%, según refleja la última encuesta elaborada por el Banco Central Europeo (BCE) entre expertos en previsión económica, que empeoraron en tres y cinco décimas, respectivamente, sus anteriores previsiones. Asimismo, de cara al próximo año los panelistas del BCE también se muestran menos optimistas, puesto que rebajaron al 1,1% sus proyecciones de crecimiento para la zona euro, frente al 1,3% previsto en noviembre, mientras que esperan que el paro en 2014 se sitúe en el 11,9%, siete décimas más de lo que preveían anteriormente.Según los encuestados, el principal factor tras esta rebaja de las perspectivas de crecimiento de la eurozona es la "actividad económica más débil de lo previsto en el cuarto trimestre de 2012", así como la expectativa de una menor contribución al crecimiento por parte del consumo público y privado a raíz de la prolongada incertidumbre y la consolidación fiscal. No obstante, los expertos consultados por el BCE, que publicará sus propias proyecciones en marzo, esperan la vuelta de una "expansión sostenida" a mediados de 2013.El supervisor destaca, entre los aspectos más positivos, que la confianza de los mercados financieros ha mejorado y los riesgos continúan apuntando a la baja.