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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Basilea afloja la presión sobre la banca

La banca, los mercados y la propia Comisión Europea han acogido con más que justificada satisfacción la decisión del Comité de Supervisión Bancaria de Basilea de flexibilizar la aplicación del ratio de cobertura de liquidez que Basilea III impondrá en 2015 a las entidades financieras. La medida, cuya entrada en vigor está prevista el 1 de enero de ese año, tiene como objetivo garantizar que los bancos dispongan de suficientes activos de elevada líquidez y alta calidad como para compensar fugas de fondos durante las crisis. Se trata de blindar la banca europea frente a pánicos financieros como los desencadenados en casos como el de Northern Rock o Lehman Brothers.

La flexibilización acordada este fin de semana por el Comité de Basilea incluye dos tipos de medidas. Por un lado, se revisa la definición de activos líquidos de alta calidad y de salidas netas de efectivo, de forma que las entidades puedan usar más tipos de activos para cumplir los estándares exigidos. Por otro, se prolonga el plazo de aplicación completa de las nuevas obligaciones liquidez. Ello supone que el ratio de cobertura se introducirá el 1 de enero de 2015 -tal y como estaba previsto- pero los requerimientos mínimos comenzarán a exigirse únicamente al 60% e irán ascendiendo de forma gradual diez puntos porcentuales cada año hasta alcanzar el 100 % el 1 de enero de 2019. En una Europa que todavía tiene por delante un duro camino hacia la recuperación económica, la decisión del Comité de Basilea constituye una muy buena noticia y una muestra elemental de sentido común. No en vano han sido numerosas las críticas y peticiones para que se flexibilizasen unos requerimientos cuyo calendario de aplicación tendría un impacto fatal sobre el mercado de crédito europeo y, por tanto, sobre cualquier incipiente signo de recuperación económica.

Así lo reconocía el Banco de Pagos Internacionales (BPI) al explicar que la medida "está diseñada para asegurar que el ratio de liquidez se puede introducir sin perjudicar el sistema bancario o la financiación de la actividad económica en marcha". Y así lo han entendido también los mercados, dado que prácticamente todos los bancos cerraron ayer en números verdes. Para las entidades financieras medianas la medida resulta especialmente beneficiosa, porque supone una rebaja sustancial de la enorme presión que imponen las exigencias de liquidez. Para el conjunto de Europa y para nuestra economía, la decisión supone un empujón más en la tarea de reabrir un mercado de crédito sin el cual no puede llevarse a cabo la recuperación económica ni tener el efecto deseado cualquiera de las reformas estrcuturales puestas en marcha para sentar las bases del crecimiento.

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