Molins compra la portuguesa Secil por 1.400 millones de euros
La compañía cementera, que cotiza en el mercado de corros de la Bolsa de Barcelona, financiará la operación con caja disponible, un crédito sindicado y una emisión de bonos


La compañía catalana Molins (antes denominada Cementos Molins) ha anunciado este viernes una de sus operaciones más ambiciosas. En un comunicado remitido a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), Molins ha explicado el acuerdo alcanzado con el grupo inversor portugués Semapa-Sociedade de Investimento e Gestão para la compra del 100% de la compañía portuguesa Secil Companhia Geral de Cal e Cimento. La operación, una de las más grandes de la historia de Molins, está valorada en 1.400 millones de euros. La operación está sujeta a las condiciones habituales y se cerrará previsiblemente durante el primer trimestre del año que viene.
Secil es una empresa de referencia en el sector del cemento en Portugal. Con sede en Lisboa, “posee, directa o indirectamente, los negocios y activos de materiales de construcción” que arrojan una valoración tan alta. La empresa portuguesa está presente en ocho mercados, y cuenta “con una sólida notoriedad de marca y un reconocido historial de crecimiento y creación de valor”, según destaca la compañía catalana en el comunicado. Molins explica que financiará la operación “con una combinación de caja disponible y fondos procedentes de un crédito sindicado y una emisión de bonos”. Para la operación, Molins ha contado con el asesoramiento financiero de J.P. Morgan y KPMG, con Uría Menéndez como asesor legal, y con Deloitte como asesor del comprador en los procesos de due diligence financiera, fiscal, legal y laboral.
“La operación representa un hito relevante en la estrategia de crecimiento rentable y sostenible de Molins, al reforzar su presencia en Europa y completar su expansión geográfica en Latinoamérica con la entrada en Brasil, el único gran mercado de la región en el que Molins todavía no estaba presente”, señala la empresa en un comunicado. “Este acuerdo es un hito clave en la estrategia de Molins. Secil aporta una sólida presencia internacional y una fuerte cultura arraigada en su legado industrial familiar, con valores que compartimos profundamente”, señala el consejero delegado de Molins, Marcos Cela, en el comunicado.
La empresa portuguesa tiene a más de 2.900 empleados y en los últimos 12 meses obtuvo unas ventas de 740 millones de euros. Tiene una capacidad anual de producción de cemento de aproximadamente 10 millones de toneladas, y su portafolio incluye cemento, hormigón, áridos, soluciones constructivas y economía circular, los mismos ámbitos en los que trabaja Molins. Para Molins, representa un salto adelante en la internacionalización de su negocio, que ya está presente en 12 países (España, Portugal, México, Colombia, Bolivia, Argentina, Uruguay, Túnez, Croacia, Bosnia, Turquía, Bangladesh e India) en los que tiene 168 plantas de producción y tratamiento de los productos. Cuenta con una plantilla de 7.000 profesionales.
Molins es una empresa familiar, propiedad de tres ramas de la misma familia que concentran casi todas las acciones y, con la discreción que caracteriza a las empresas familiares, está muy presente en la sociedad civil catalana, vinculada al Liceu o al Círculo de Economía de Barcelona. Hay un 6% de las acciones que no están en manos de la familia, sino que cotiza en la Bolsa de Barcelona pero no en el mercado continuo, sino en el mercado de corros. Es un sistema tradicional donde las acciones se compran y se venden algunos días de la semana a viva voz, como una subasta (aunque desde hace unos años se hace electrónicamente). Antaño era un sistema muy extendido, pero ahora es muy residual, y Molins es de las pocas empresas que cotizan de esta manera.
Con esta gran operación lanzada este viernes, resuena el mandato que tenía el anterior consejero delegado, Julio Rodríguez, que entró en 2015 y tres años después se le pidió que explorase la manera de saltar del mercado de corros al mercado continuo. El salto no se produjo porque era necesario que hubiese una gran operación (de al menos 800 millones de euros) que justificase una ampliación de capital y la búsqueda de nuevos inversores, y esta operación no se presentó. Ahora, la operación lanzada es de 1.400 millones, pero la compañía destaca que se financiará por otras vías.
La compañía catalana obtuvo en 2024 un beneficio neto de 184 millones de euros (un 22% más que el año anterior) y unas ventas de 1.365 millones de euros (un 1% más). La empresa, fundada en Sant Vicenç dels Horts en 1928 por Joaquim Molins Figueras junto con su padre, el patriarca Joan Molins Parera, que ya llevaba tres décadas dedicado a la fabricación de materiales de construcción, es una de las compañías decanas de Cataluña, y sobre todo destaca por una rentabilidad muy constante, vinculada a los ciclos económicos y al comportamiento de la construcción. Dirigida desde marzo de 2024 por Cela, la empresa logró hace justo un año la paz accionarial entre las distintas ramas de la familia al devolver la sede social a Cataluña, de la que se fue en 2017 tras la crisis abierta por el procés.
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