El tiempo castiga a Transocean
El desastre de Macondo le ha costado a Transocean más que dinero. La firma de servicios petrolíferos pagará al gobierno de EE_UU 1.400 millones de dólares por su papel en el vertido de 2010 en el Golfo de México. Es una suma modesta, pero mientras se estipulaba, la caída de las acciones le ha hecho evitar las grandes inversiones.
El acuerdo de la semana pasada con el gobierno no exime a Transocean del vertido, ya que era la propietaria de la plataforma en cuestión. Pero los inversores se conformaron con el acuerdo, haciendo subir las acciones un 7% después del anuncio el jueves y otro 3% el viernes, añadiendo 1.600 millones a su capitalización bursátil.
Por un lado, las multas han sido inferiores a las que había previsto Transocean. Más importante aún, con este acuerdo la empresa se ve en buenas condiciones: tiene un balance saneado con 6.000 millones de efectivo y va camino de un ebitda de 4.400 millones de dólares en 2013.
Aún así, sus accionistas han sufrido más que los dueños del resto de empresas envueltas en Macondo. Sus acciones están un 42% por debajo desde el accidente. También ha arrastrado a otros proveedores de servicios petroleros. Las acciones en su rival Noble han caído un 10%, mientras que la valoración de Seadrill ha caído un 38% desde el vertido.
una razón es que Transocean ha frenado la inversión necesaria en equipos de última generación debido a la amenaza de unas multas ruinosas. En 2012 solo destinó el 17% de los ingresos a gastos de capital, comparado con casi el 50% que destinó Noble.
Los botines en perforación en aguas profundas van a empresas con la última tecnología. Podría llevarle años a Transocean alcanzar el nivel de inversiones realizadas por sus rivales. El tiempo perdido puede demostrare como una sanción aún mayor que la multa del Tío Sam.