Galán asegura que Brasil "es un modelo económico a copiar"
Estabilidad, un fuerte potencial de crecimiento y facilidades de financiación. Son los factores que ha destacado el presidente de Iberdrola sobre las oportunidades de inverisón que ofrece el gigante latinoamericano.
El presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, aseguró ayer que el potencial de crecimiento de Brasil en materia energética supone "una gran oportunidad" para los inversores, pero no solo por sí mismo, sino porque el Gobierno de Dilma Rousseff ha encontrado "un modelo a copiar", que es "predecible", y esquemas de financiación barata. Este modelo se basa en la reducción de costes para el productor, la seguridad de suministro y en hacer que la energía llegue a todas partes. Y recordó el esquema de financiación de que se han beneficiado las distribuidoras eléctricas en el país.
En un debate sobre infraestructuras y energía moderado por el director de El País, Javier Moreno, dentro del foro Brasil: en la senda del crecimiento organizado por el diario del Grupo PRISA y el brasileño Valor, Galán subrayó que frente a economías con crecimientos de la demanda de energía cero o incluso decrecimientos de energía, la de Brasil está creciendo a tasas del 4% y el 5% anuales. La eléctrica española desembarcó en el país suramericano hace 15 años y sus filiales tienen allí 15 millones de clientes, casi el doble que en España, con nueve millones. Galán señaló que el crecimiento brasileño se basa en dos ejes: el económico y el medioambiental.
En el debate intervinieron también Santiago Fernández Valbuena, presidente de Telefónica en Latinoamérica; Bernardo Figueiredo, presidente de la Empresa de Planejamento e Logística de Brasil, y Mauricio Tolmasquim, presidente de Empresa de Pesquisas Energéticas de ese país. Figueiredo destacó el gran esfuerzo inversor en materia de infraestructuras puesto en marcha por el Gobierno de Brasil, que va más allá, pues es un plan a largo plazo de los eventos deportivos del Mundial de fútbol y los Juegos Olímpicos. El gran reto, en su opinión, es "superar 30 años de inercia en materia de infraestructura".
Así, de los 1.000 millones anuales en que se invertía a principios de la década pasada, se pasó a 20.000 millones por año a partir de 2002. El plan supone la construcción de 7.500 kilómetros de carreteras (40.000 millones de inversión) y 10.000 de ferrocarriles (91.000 millones), incluido el tren de alta velocidad, así como un programa de fuerte incremento de la capacidad de puertos y aeropuertos.
Todo ello con el objetivo "de aceleración del crecimiento" y con una asunción de riesgos por parte del Estado y la colaboración entre la iniciativa privada y la pública. Precisamente, esta es una de las claves del desarrollo que destacó Javier Moreno: "Planificación y coor dinación entre el sector público y privado"
Para el presidente de Telefónica en Latinoamérica, hace unos años Brasil era un país en el que diversificar el negocio, pero ya se ha convertido "en el motor principal de crecimiento del grupo Telefónica".
Para Fernández Valbuena, Brasil "no es solo la primera economía de la región, sino su líder en términos financieros" y ha dejado de ser, como hace años, una zona "de riesgo". El ejecutivo dijo sentirse muy orgulloso de haber "participado en el proceso liberalizador" (más rápido en redes de telefonía que en redes energéticas, como se explicó en el debate) y del hecho de que la compañía no haya mirado después hacia atrás.
Para el presidente de Pesquisas Energéticas, el objetivo de Brasil es duplicar la potencia instalada y recordó que el potencial del país no se limita a la electricidad, sino también al petróleo, el gas y los biocombustibles. Es uno de los países del mundo con mayores recursos en energías renovables, que supone un 90% de su generación, frente a la media mundial que se sitúa en el 20%. Es el tercer país por recursos hidroeléctricos, después de Rusia y China, y solo utiliza aún un tercio de los mismos.
Otra fuente que destacó Mauricio Tolmasquim fue la eólica, con un potencial de 143.000 MW y la biomasa procedente del orujo de caña, así como el bioetanol. Brasil produce 25.000 millones de litros anuales de bioetanol y espera alcanzar los 65.000 millones en 10 años.
El país descubrió "tardíamente petróleo", con una producción de dos millones de barriles al día, que espera más que duplicar en la próxima década, hasta convertirse en exportador. Se prevé vender fuera 2,5 millones de barriles/día.