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Tribuna
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El autogas, la alternativa del ahorro y la sostenibilidad

La industria del autogás empieza a dar pasos de gigante en nuestro país, ya que además de posicionarse como un gran aliado para combatir la crisis, por permitir un ahorro medio de entre el 20% y el 40% en el gasto con respecto a los combustibles tradicionales, goza de importantes beneficios medioambientales, gracias a sus bajas emisiones de CO2, de partículas NOx, así como a su nula emisión de hollín, uno de los principales causantes del calentamiento global. Además, es un combustible amable con nuestros coches, ya que no contiene azufre, lo que se traduce en importantes ventajas mecánicas.

A este conjunto de cualidades, me gustaría añadir otra que considero fundamental: su disponibilidad inmediata. Frente a otras alternativas de futuro, que necesitarán todavía muchos avances desde el punto de vista tecnológico y muchos años para su implantación real y efectiva, el autogás es un combustible totalmente experimentado y que se está utilizando con pleno éxito. Cada día que pasa es muy importante, porque la implantación de autogás en el 10% del mercado de carburantes para vehículos -hoy en día cubre el 2%- podría evitar la emisión a la atmósfera de 350 millones de toneladas de CO2 y supondría un ahorro de más de 20.000 millones de euros relacionados con los daños a la salud humana y el medio ambiente. En un momento en que se necesitan soluciones de transporte alternativas, eficientes, económicas e inmediatas, el autogás es una gran oportunidad que debe ser aprovechada por todos.

Es precisamente por sus virtudes medioambientales y económicas por lo que la Comisión Europea ha reconocido al autogás como un "carburante alternativo de diversificación" y considera que este podría llegar a cubrir el 5% del mercado en 2020. Gracias a este reconocimiento, actualmente el autogás ha sido catalogado por el Plan Nacional de la Calidad del Aire con la etiqueta 4+, la máxima calificación en movilidad sostenible y eficiencia energética. Ciudades como Madrid, Barcelona, La Coruña, Palencia o Cuenca, entre otras, ya están aplicando el plan, con ayudas como la reducción de impuestos o del importe del peaje de autopistas. Hay que tener en cuenta que el autogás es el combustible alternativo más utilizado en el mundo, en donde ya mueve 21 millones de vehículos, 8 millones en Europa, y las perspectivas de reservas y suministro son lo bastante sólidas para adaptarse a un aumento rápido y continuo. De hecho, se llega a hablar de que las reservas han aumentado 10 veces, gracias al descubrimiento del shale gas. Se prevé así un excedente de materia prima en el medio y largo plazo, que garantiza el suministro y, por lo tanto, la estabilidad en los precios. En nuestro país existen cerca de 10.000 vehículos. ¿Qué podemos hacer para que esta cantidad se incremente? En mi opinión, el mayor desarrollo del autogás en España depende de cuatro factores fundamentales: el mantenimiento de un marco regulatorio favorable, el desarrollo de la red de puntos de abastecimiento, el incremento de la oferta de vehículos y, por último, un mayor conocimiento del autogás por parte de los consumidores.

Muchos de estos aspectos empiezan a desarrollarse de forma notable. Por ejemplo, se está experimentando un ritmo de crecimiento de 300 vehículos de autogás al mes. De hecho, de los 7.000 taxis que se renuevan al año, el 15% son de autogás. Asimismo, se observa una apuesta decidida por parte de los operadores, que llevará a que en el 2015 se hayan multiplicado por ocho los puntos de suministro existentes en la actualidad en nuestro país. Por su parte, el Gobierno ha comenzado a dar muestras de apoyo a este carburante, como lo demuestra la reciente aprobación del plan PIVE, en el que se incluyen ayudas de 2.000 euros a la adquisición de coches propulsados por autogás, o las ayudas fiscales que colaboran al mantenimiento de un bajo coste en relación a los combustibles tradicionales. En definitiva, creo que el desarrollo de esta industria empieza a ser muy importante, y los distintos actores del sector han iniciado el camino para extraer todo el potencial que tiene.

Pero este apoyo debe hacerse más patente por parte de la Administración. Es necesario que los organismos oficiales valoren objetivamente las cualidades de ahorro y medioambientales del autogás, impulsen su uso y agilicen los procesos -hoy en día la concesión de licencias, por ejemplo, es un trámite demasiado lento-. Así lo han hecho los Gobiernos de países como Alemania, Francia e Italia, mercados en donde su desarrollo está siendo todo un éxito.

José Luis Blanco es Director General de la Asociación Española de Operadores de Gas Licuado de Petróleo (AOGLP)

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