Bayer busca 5.500 millones con cinco nuevos fármacos
La compañía alemana colabora con 800 centros y empresas externas en la I+D de nuevos productos
Delante de los medios de comunicación llegados de todo el mundo, Marijn Dekkers, presidente de
Bayer, presentó ayer la estrategia de innovación de la compañía químico-farmacéutica en la sede central de Leverkusen (Alemania). Ante la dificultad con la que se encuentran los laboratorios para desarrollar nuevos y más caros medicamentos, la firma alemana apuesta por la colaboración externa. Y anunció que gracias a
cinco nuevos fármacos podría ingresar algo más de 5.500 millones de euros al año. Su división de salud
"La innovación debe enseñarse y alentarse, no es solo dinero", dice Dekkers
66% de la I+D de Bayer se dedica al área de salud humana, unos 1950 millones de euros y un 25% a cultivos
humana cuenta ya desde 2008 con la aprobación de ventas para Xarelto, un medicamento contra el riesgo de trombosis, que durante esta década puede alcanzar unas ventas de 2.000 millones anuales. Esta solución ya está aprobada en 120 países, pero la firma germana espera que se autorice en nuevos mercados y para indicaciones adicionales, por eso lo incluye dentro de su cartera de innovaciones.
"Hemos invertido más de 2.000 millones de euros en este producto sin garantía previa de éxito", explicó
Dekkers, quien señaló la importancia de llegar en Europa a un equilibrio entre el recorte presupuestario en salud y la necesidad de recursos crecientes en innovación.
"El coste de la I+D para desarrollar nuevos fármacos es muy elevado". En 2012, Bayer va a invertir un
total de 3.100 millones de euros en innovación. "En 2013 el presupuesto para I+D subirá modestamente", adelantó el presidente. La empresa de Leverkusen dedica en este ejercicio 1.960 millones de euros en la división de salud humana (en la que facturó 9.949 millones en 2011), 800 a la de semillas y cultivos y
200 a la de materiales.
Riociguat es otro de los medicamentos, también en el área cardiovascular, con el que la farmacéutica
quiere hacer caja en la próxima década, hasta 500millones al año. Este producto se encuentra en la última fase de ensayos clínicos y todavía no ha sido aprobado por las autoridades sanitarias. En similar circunstancia se encuentra Stivarga, en oncología y con previsión de hasta un máximo de ventas de 1.000 millones de euros, y también Radium-233, para cáncer de huesos, que podría aportar una cantidad similar. Igual que Eylea, un tratamiento de degeneración macular, que ya ha sido aprobado en países como Australia y Japón.
En la actualidad, Bayer trabaja con 35 productos en etapas más o menos avanzadas de fases clínicas. No todos llegarán al mercado. De hecho, no está garantizado que los cinco fármacos estrella lo consigan, con la pérdida de importantes recursos dedicados en su desarrollo y que afectaría a su rentabilidad. Ante la dificultad de encontrar nuevos fármacos, se ha sumado a la tendencia del sector de buscar alianzas con socios que le lleven allá donde se investigan las mejores moléculas, sin importar el país.
Ya ha dedicado en este ejercicio 672 millones de euros, casi un cuarto del presupuesto en I+D, a
financiar proyectos externos. Cuenta con 800 socios, la mayoría en Europa. Por ejemplo, Xarelto fue inventado por Bayer, pero desarrollado conjuntamente con Johnson & Johnson. Otros productos,
como Nexavar y Stivarga, surgieron de la colaboración con Onyx (de EE UU) y Elylea fue una idea de su socio estadounidense Regeneron.
Entre los acuerdos de colaboración se encuentra una incubadora de proyectos, denominada CoLaborator, para pequeñas compañías, situada en el entorno de San Francisco (EE UU). "Surge para apoyar
a los investigadores académicos para que desarrollen sus propias start-ups", reveló Wolfgang Plischke, director de innovación del gigante alemán.
También tiene alianzas con otras compañías de biotecnología como Evotec, para tratamientos de endometriosis, y en cáncer ha estrechado lazos con Oncomed, ImmonoGen (una biotechde Boston) y
Amgen. Además, la empresa, que cumple 150 años en 2013, pertenece al consorcio IMI (Iniciativa de Medicinas Innovadoras) que laUnión Europea ha dotado con un presupuesto de 2.000 millones de euros hasta 2014 y que une al sector privado con universidades y centros de investigación.
El presidente de Bayer aprovechó para recordar a las autoridades europeas que la innovación no es solo una cuestión de dinero, sino también de entusiasmo por el cambio: "Debe enseñarse y alentarse".