El Tesoro sobrevive a la travesía del desierto de octubre
El presente mes de octubre se presentaba como la gran prueba de fuego para el Tesoro y, a falta aún de una subasta antes de que concluya y a la vista del éxito de la colocación de hoy, los ánimos del mercado apuntan a que España logrará superar el examen. El aprobado no se debe ni mucho menos a una sorprendente mejoría de la economía española sino, aun al contrario, a la expectativa de una inminente petición de ayuda financiera, requisito para que se active la poderosa maquinaria compradora del Banco Central Europeo.
La promesa de intervención de Mario Draghi en el mercado secundario ha sido el verdadero factor para relajar la prima de riesgo española, una expectativa que ayer alimentó la agencia de calificación financiera Moody's, al sumarse a quienes piden el rescate como solución para España. Con su decisión de salvar el rating soberano español de la calificación de bono basura, apunta además a cuál debe ser la condición para que España no caiga en el abismo de los países a los que el mercado niega su financiación, que no es otra que el rescate.
La prima de riesgo española cayó ayer de los 400 puntos básicos por primera vez en seis meses. Cerró en los 383 puntos, con un descenso en el día de 42,8 que ha despejado sobremanera el terreno para la subasta de hoy, en la que el Tesoro ha captado más dinero del previsto: 4.610 millones de euros, con fuerte demanda y tipos de interés más bajos. Tras la colocación, y según ha explicado el Ministerio de Economía, ya se ha cumplido con el 94,4% del objetivo previsto para todo el año.
En la subasta de hoy -no de letras sino de activos a medio plazo y largo plazo-, el Tesoro afrontaba la colocación más delicada del mes. El volumen de vencimientos de octubre es de 26.000 millones de euros. Pero el actual entorno de mercado es propicio para que el Estado resuelva sus necesidades de financiación no solo este mes, sino hasta fin de año. Después quedará el duro desafío para 2013, en que las necesidades de financiación del Estado-vencimientos más nuevas emisiones- ascienden a 207.173 millones de euros, una gravosa cuantía que empuja al rescate.
Fuentes de mercado reconocen que la expectativa de compra en el mercado secundario por parte del BCE está atrayendo a los inversores no residentes hacia la deuda española, un fenómeno que ya se apreció en la subasta de letras del martes, en la que el Tesoro colocó mayor importe del previsto. "En la subasta de hoy veremos ya a inversores finales, compañías de seguros y fondos de inversión. No solo traders como hasta ahora", apuntan desde la mesa de deuda pública de una entidad financiera española.
"Al menos el inversor extranjero no está vendiendo España", añaden desde el sector. Y apuntan que es el inversor doméstico, en su mayoría la banca española, la que está encontrado nueva demanda para colocar sus títulos y apuntándose con ello la plusvalía que permite la subida de precios de las últimas semanas. Además, esta operativa deja margen para seguir acudiendo a las subastas, que se han saldado con éxito gracias a la participación fundamental de las entidades españolas.
El renovado interés por la deuda española también se nota en el volumen de negociación. El martes, día en que se empezó a despejar el camino al rescate, fue de 2.016 millones de euros, el doble que la víspera. En la jornada de ayer, el volumen negociado alcanzó los 1.949 millones de euros.