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La entidades, reticentes a participar en el 'banco malo'

La banca insta al Gobierno a que fije ya las reglas para cerrar la crisis

Las piezas para recomponer el sistema financiero español y que la banca comience a hacer la función para la que se creó, dar créditos, siguen sin encajar pese a haber pasado cuatro años desde el comienzo de la cisis del sector.

El 3 de octubre los responsables de los cuatro principales bancos -el consejero delegado de Santander, Alfredo Sáenz; su homólogo de BBVA, Ángel Cano, y los presidente de Popular, Ángel Ron, y de Sabadell, Josep Oliu- se reunieron bajo el paraguas de la AEB, presidida por Miguel Martín. El objetivo era analizar las conclusiones de los exámenes de Oliver Wyman, publicados el 28 de septiembre.

El sector espera que tras estos resultados el mercado volviera a confiar en la banca española, salvo excepciones. Pero no ha sido así. Las dudas sobre la economía española y las negociaciones del Gobierno para pedir su rescate han ensombrecido estos análisis, según explican fuentes bancarias, que aseguran que este fue uno de los principales asuntos que se trató en esta reunión.

Los cuatro banqueros coincidieron en criticar las incertidumbres que aún se ciernen sobre las nuevas normas que regirán en el sector para finalizar su saneamiento. "Es necesario que se fijen ya las reglas de juego para cerrar las reforma financiera", coinciden dos fuentes conocedoras de lo que se trató en la reunión de la AEB.

La gran banca critica la lentitud y la cambios de normas con los que el Gobierno está abordando la situación, lo que está ahogando más al sector. Como es lógico, el gran protagonista de la reunión fue la próxima creación de la sociedad de gestión de activos conocido como banco malo. La normativa que regirá el funcionamiento de esta entidad, que será "el banco más grande de la historia jamás creado", según aseguran en el sector, debería estar ya aprobada para iniciar la segregación de los activos inmobiliarios de la banca con problemas a ella.

Pero aun queda pendiente perfilar los descuentos a lo que las entidades venderán sus activos tóxicos a esta sociedad, lo que se espera que pueda concretarse la próxima semana. Esta es una de las principales quejas del sector, pero no la única que pesa sobre el banco malo. En la reunión la AEB los principales banqueros del país coinciden en que la norma que rija a esta sociedad debe recoger algunas excepciones sobre el posible traspaso de activos inmobiliarios por parte de los bancos sanos.

Aunque el banco malo se crea para que la banca nacionalizada o más débil le traslade sus activos tóxicos y recibir por ellos avales del Estado para acudir a la ventanilla del BCE, también está abierto a incorporar inmuebles y créditos vinculados al ladrillo de la banca sana, pretensión que el Gobierno ve con buenos ojos.

El problema es que la banca sana entiende que si segrega parte de sus activos tóxicos al banco malo "se activa el control europeo de ayudas públicas, pese a que no lo necesitemos. Incluir activos en el banco malo ya es considerado una ayuda, razón por la que pedimos que en la norma que prepara el Gobierno con la troika se hagan excepciones en función de la solvencia de la entidad", señala el el directivo de una de estas cuatro entidades financieras.

Los grandes bancos también quieren que se agilice la venta de las entidades nacionalizadas -Catalunya Caixa, Banco de valencia, Novagalicia y Bankia, aunque esta última no saldrá ahora a la venta- cuanto antes. El objetivo es que las entidades sanas, Santander, BBVA, La Caixa y Sabadell sobte todo, adquieran de forma ordenada, las firmas con ayudas públicas. Kutxabank y Unicaja también podrían protagonizar alguna compra.

El futuro incierto de BMN, Liberbank o Caja 3, y en en menor medida de popular, también hacen prever su posible venta.

Santander renuncia a las 318 oficinas de RBS

Santander ha roto el acuerdo con Royal Bank of Scotland (RBS) para integrar en su red un total de 318 oficinas del banco en el Reino Unido. El banco británico estaba obligado por Bruselas a desprenderse de esos activos tras las ayudas recibidas en 2008, y había llegado a un acuerdo en el des de agosto de 2010 con Santander UK, ahora roto.Ana Patricia Botín, consejera delegada de Santander UK, ha dado por terminadas las negociaciones con RBS tras dos años negociando en detalle la integración de cada una de las oficinas, con un laborioso trabajo tecnológico que no ha podido ser concluido.La filial británica del banco español prevé emitir un comunicado en las próximas horas a los reguladores del mercado británico explicando su decisión de última hora.Desde que Santander pactó la compra de las 318 sucursales a RBS en agosto de 2010, las dos partes habían ido retrasando el cierre de la transacción por los problemas para el traspaso de esas oficinas y sus clientes, y por la continua variación del valor de los activos. Inicialmente la operación pactada por Santander UK y el banco británico RBS se había cifrado en unos 1.650 millones de libras (unos 2.046 millones de euros), que se había ido rebajando a medida que los activos habían perdido valor con la crisis. La cifra que finalmente se manejaba para el cierre del contrato era de unos 1.300 millones de libras (unos 1.820 millones de euros con el cambio actual)Fuentes de las partes no han aclarado las razones para el final de la operación. RBS tenía la obligación impuesta por Bruselas de desprenderse de esta parte de su red en el Reino Unido, como condición tras haber recibido ayudas públicas para su salvamento en 2008, cuanto estalló la crisis financiera. El salvamento de RBS fue uno de los más caros de cuantos se llevaron a la práctica en los primeros años de la crisis en Reino Unido por el Gobierno de Gordon Brown.

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