El omnipresente
El presidente de Vueling pertenece a una decena de consejos de administración y cargos de responsabilidad.
Una canción del grupo Astrud empieza con la frase "hay un hombre en España que lo hace todo". Ese personaje podría ser perfectamente Josep Piqué (Vilanova i la Geltrú, Barcelona, 1955). Y es que el presidente no ejecutivo de Vueling desde 2007 ocupa numerosos cargos de representación y asesoría.
Piqué se dio a conocer ante la opinión pública cuando fue nombrado ministro de Industria en 1996 en el primer gabinete de José María Aznar, sin ser militante del PP. Pero en círculos empresariales era ampliamente conocido como presidente de Ercros. Más tarde sería portavoz del Gobierno, ministro de Asuntos Exteriores en una dura etapa, en plena invasión de Irak, y ministro de Ciencia y Tecnología hasta 2003.
Ese año dio un salto político y, ya como afiliado, volvió a Barcelona a liderar el PP en Cataluña. Era la cara moderada y catalanista del partido y la promesa para llegar a la Generalitat. Pero solo aguantó hasta 2007, enfrentado a Ángel Acebes, entonces secretario general en Génova.
Actualmente reside en Madrid por razones familiares, pero viaja a menudo a Barcelona por sus ocupaciones profesionales. Su centro neurálgico se encuentra en la consultora Pangea XXI, donde tiene como socios a Pedro Ferreras y Miquel Nadal, quienes le han seguido en numerosos puestos directivos.
Hasta hace unas semanas era presidente de Bodaclick. Recientemente ha sido nombrado consejero de la constructora San José y pertenece a los órganos de gobierno de Ezentis, EADS, Applus, Plasmia Biotech, GVC Gaesco, además de otros consejos asesores como ING, ATKearney, Seat, Spencer Stuart, Vértice 360, Ezentis y Cremades & Calvo Sotelo.
"Ahora estoy en una etapa diferente de mi vida, sin puestos ejecutivos. He estado bajando muchos años a la mina. La tarea consiste en aportar mi experiencia acumulada en el sector privado y público. Ya no tengo jefes. Me he ganado organizarme mi tiempo de forma bastante autónoma", como explicaba en una entrevista a este periódico. Gran parte de su trabajo consiste en asesorar a las compañías que piden su opinión. También fue primer ejecutivo de la empresa constructora Mixta África (participada por el príncipe árabe Al-Waleed), a la que Iñaki Urdangarin asesoró, según se ha publicado.
A sus cargos hay que sumar el de consejero de EADS, elegido por el Gobierno de Mariano Rajoy para defender los intereses españoles. Además, lleva algo más de un año al frente del lobby de opinión Círculo de Economía y es presidente de la Fundación Consejo España-Japón. "Muchos de los cargos que tengo no son remunerados, como este, que es muy gratificante. Me gusta participar en lo que se denomina como sociedad civil articulada", aseguraba. Y también es articulista para algún periódico.
Para llevar ese ritmo de actividad reconoce que comienza la jornada a las seis de la mañana y sale a hacer ejercicio. Lo que no echa de menos es situarse de nuevo como ministro. "Soy un apasionado de la política y la sigo muy de cerca. Pero no soy un político profesional. Esa etapa se acabó".