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El ministro establece un plazo de 10 a 15 años para la venta de los inmuebles o el suelo

Guindos avisa: los activos del 'banco malo' se tasarán a la baja para evitar pérdidas

El ministro ha lanzado una advertencia al sector financiero: el banco malo tendrá que ser viable. Y eso significa que los precios de transmisión de activos tendrán que ajustarse a un mercado a la baja. Luego, el banco malo tendrá entre 10 y 15 años para vender sus posesiones.

Una de las mayores incógnitas de la reforma financiera es la figura y el funcionamiento del llamado banco malo ("mal llamado", en palabras del ministro de Economía, Luis de Guindos), la sociedad de gestión de los activos tóxicos de la banca en apuros. Y el real decreto aprobado por el Gobierno no aclara demasiado: solo se incluyen las líneas básicas de esta entidad, porque la letra pequeña todavía tiene tiempo para estar lista. Hasta finales de noviembre no debe entrar en funcionamiento, según las exigencias de Bruselas, así que habrá reglamentos que desarrollen su contenido en el futuro que aún se desconocen.

Pero el ministro ha dado alguna pista. El FROB tendrá capacidad para obligar a los bancos auxiliados a transmitir al banco malo los activos tóxicos ligados al ladrillo que tengan en su balance. El objetivo es que las entidades en apuros puedan seguir con su funcionamiento fundamental de gestionar los ahorros de los ciudadanos sin el lastre inmobiliario.

Una vez transmitidos estos activos, el banco malo los adquiere y tendrá un plazo largo, "entre diez y 15 años", según Guindos, para venderlos. Pero la clave es a qué precio se transmitirán estos activos. Si se hace a precio alto, la banca sale ganando a corto plazo, pero la posibilidad de vender bien y rápido los bienes se reduce, así que pierde el Estado y los ciudadanos. Si se tasa a precio muy bajo, los bancos necesitarán más fondos para cubrir las pérdidas que ello conlleve, pero será más fácil la desinversión.

La clave del precio

El ministro no ha desvelado cuál será la tasación: "Un reglamento establecerá la metodología, que será aplicada por el Banco de España". Pero ha lanzado un aviso a navegantes: "Es fundamental el precio al que los activos se transfieren al banco malo. Tienen que ser los adecuados para que la sociedad de gestión de activos no genere pérdidas a lo largo de su vida y sea viable, y para minimizar el impacto al contribuyente".

A eso ayudará otro de los objetivos (más bien, esperanzas) del Gobierno. Su intención es que el Estado, a través del FROB, sea un accionista minoritario del banco malo. De hecho, el real decreto establece que la participación máxima pública será del 50%. Eso quiere decir que se abrirá el capital a inversores privados y que se cruzan los dedos para que compren la mayoría. A eso se aferró el ministro para reiterar: "Es fundamental que la sociedad sea viable". Entre otras cosas, porque los inversores privados no permitirían otra cosa y no entrarían en el capital de una sociedad que haya comprado los activos dañados a un precio que haga imposible venderlos.

Pero en un juego de equilibrios muy característico del ministro de Economía, Guindos también tendió una mano a la banca. El ministro recordó las reformas financieras previas que ha puesto en marcha este Gobierno y las provisiones que exigen, sobre todo la segunda. Con estas provisiones en la mano, la valoración de los activos dañados en el balance de la banca ya está muy minorada, a juicio de Guindos, lo que permitirá su venta al banco malo a un precio atractivo para su salida al mercado.

La vida del 'banco malo'

A eso se une el plazo temporal de vida de las sociedades de gestión de activos. Serán entre diez y 15 años, lo que da tiempo a que el mercado se recupere, incluido el de suelo. Al menos, esa es la esperanza del ministro. "Con el real decreto de reforma financiera de febrero, la provisión para el suelo llegaba al 80% y eso supone en última instancia que se puede traspasar a un precio reducido sin generar pérdidas a los vendedores. Si a eso le unimos el tiempo, y la vida del banco malo va a estar entre los diez y los 15 años, da plazo para conseguir que las condiciones mejoren, incluso las del suelo", ha explicado Guindos.

En todo caso, habrá que esperar al reglamento y a que se haga pública la metodología de valoración de los activos que aplicará el Banco de España para saber si la balanza caerá más del lado de la banca o de los contribuyentes.

Al menos, el banco malo ya ha sido negociado con las autoridades competentes y tiene la autorización de Bruselas, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional. El objetivo es que esté en marcha a finales de noviembre, según ha adelantado el ministro.

Activos a traspasar

¿Qué activos irán al banco malo? Es otra de las dudas fundamentales. Guindos ha reiterado que será fundamentalmente crédito promotor problemático, "que es en estos momentos el activo más tóxico que tienen las entidades". Luego habrá matices y concreciones, pero en principio ese será el foco. A eso se une que una parte del crédito inmobiliario ha vuelto a los bancos en forma de adjudicación de activos, "los más complejos de gestionar cuando el banco ha tenido que quedárselos", en palabras de Guindos, así que tener una sociedad que lo haga por ellos puede suponer un alivio.

Otra de las grandes incógnitas es cómo se financiará el banco malo. Tendrá una parte menor de capital y una mayoritaria de deuda, ha contestado Guindos. El FROB, con parte del dinero del rescate europeo, pondrá una parte inicial del capital, que se complementará con la inversión privada. El resto será deuda.

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