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Lecturas de verano | Miguel G. Vizcaíno

De lo último de Vargas Llosa a la búsqueda de ideas en 'Mad Men'

El creativo de Señora Rushmore confía en desatascar su lista de libros pendientes

La oficina de Señora Rushmore está en plena Gran Vía, justo entre la Fnac y la Casa del Libro. Semejante emplazamiento acaba desembocando, antes o después, en la compra compulsiva de libros. Novedades, clásicos, extravagancias y carísimas ediciones de Taschen, la mitad de las cuales pasarán años en la estantería, sin abrir". Miguel García Vizcaíno, fundador y director creativo de la agencia publicitaria Señora Rushmore, reconoce que es en la temporada estival cuando se dedica a desatascar la larga cola de lecturas pendientes que confecciona a lo largo del año. "Estoy inmerso casi permanentemente en el célebre síndrome so many books, so little time, acuñado por el gran Frank Zappa", apostilla.

El creativo tiene claro que leer es un placer, no una obligación. "Se acabó aquello de terminar una novela con gran sufrimiento, con resignación religiosa. El cine y la literatura son para disfrutarlos", opina.

He aquí la selección personal de Vizcaíno para estas vacaciones. "Ya tengo elegido el fresno segoviano donde atacaré, por fin, la biografía del amigo Steve Jobs, que es un tocho de aquí te espero", señala en referencia a Turégano, su pueblo.

"Se acabó aquello de tener que terminar una novela con sufrimiento y resignación religiosa"

"En algún avión me reencontraré con Elvira Lindo y Lo que me queda por vivir, porque ya me fascinaron los lugares que no quería compartir con nadie", apunta. "En ratos perdidos menorquines", isla que constituye su otro refugio estival, "aprovecharé para aprender un poco de lo mío con Los anuncios de la época de Mad Men, libro que me regaló mi amiga Concha".

"Quizá haya llegado el momento de leer algo de Philip Roth. Reconozco que no había leído nada del premio Príncipe de Asturias 2012, como de tantos otros. Y siempre encontraré un hueco, un momento, un atardecer, para Los enamoramientos, de Javier Marías, y El sueño del celta, de Mario Vargas Llosa".

Vizcaíno se ha impuesto unos buenos deberes, aunque ha sido indulgente consigo mismo y no tiene intención de cargar demasiado la maleta con lecturas relacionadas con su profesión. Eso sí, deberá compaginar sus inmersiones literarias con las ansias de tocar el balón de su hijo.

Siempre hay tiempo para un cómic

Hace ya años que se rompió el tabú sobre la elegancia o idoneidad de la lectura de cómics y novelas gráficas por parte del público adulto. Algo que a Vizcaíno nunca le ha afectado lo más mínimo."Ya me espera la hamaca vespertina donde saborearé, al unísono, un Gin Mare con tónica Seagrams y el delicioso cómic de Juanjo Sáez El Arte. Conversaciones imaginarias con mi madre, que me regaló mi suministrador favorito, César García, socio y sin embargo amigo", cuenta el publicitario.En esta obra, Sáez se dedica a reflexionar sobre el arte moderno, aplicando algunas dosis de su tradicional y común pensamiento que dice que "eso lo podría dibujar hasta un niño de seis años".Un estilo simple y divertido para una lectura rápida (no es uno de esos cómics con más letras que dibujos).

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