Un gestor amigo de la discreción
El timonel de abengoa se ha labrado una fama de trabajador incansable.
A diferencia de otros primeros ejecutivos de compañías del Ibex, Felipe Benjumea Llorente (Sevilla, 1957) nunca ha sido dado a prodigarse en actos públicos. Sin embargo, su condición de presidente ejecutivo de una de las empresas de referencia, cargo que ostenta en solitario desde hace cinco años, le ha obligado a salir más de su despacho sevillano.
La decisión de mantener la sede corporativa de Abengoa en la capital andaluza, incluso tras la salida de la compañía a Bolsa en 1996, es un exponente del arraigo del ejecutivo a su tierra. Es allí donde ha ido madurando con los años, de la mano de su familia, el actual grupo empresarial que le ha tocado timonear.
Licenciado en Derecho por la Universidad de Deusto, Benjumea asumió en 1992 la copresidencia del grupo junto a su hermano mayor, Javier. Con el tiempo, este pasaría a ocupar la vicepresidencia, dejando la vara de mando en manos de Felipe.
El ejecutivo se ha centrado durante estos años en darle el impulso a la empresa que heredó de su padre. En pocos años, Abengoa ha pasado de desarrollar soluciones para instalaciones eléctricas a especializarse en la tecnología que rodea a las energías renovables, las infraestructuras del agua y el medio ambiente.
Actualmente compagina su responsabilidad al frente de Abengoa con la presidencia de la Fundación Focus-Abengoa y del Consejo de Cooperación Universidad-Sociedad de la Universidad Loyola Andalucía.
Es, asimismo, consejero de Iberia, de LAE y de Sociedad Anónima Operadora. Ha formado parte de los consejos de Sociedad General de Cablevisión, La Papelera Española, Thyssen Industrie, Hispano Inmobiliaria de Gestión, Banco Santander Central Hispano, de la Compañía Operadora del Mercado Español de la Electricidad (OMEL) y de Garanair.