De segundo de a bordo a presidente
El primer ejecutivo de Sacyr suavizó la postura de la compañía ante Repsol
Era el único de los cuatro fundadores de Sacyr (Del Rivero, Loureda, Riezu y él mismo) que no había tomado el timón del grupo. Hasta que le llegó el momento el año pasado, tras conseguir suficientes apoyos en un consejo que dio la espalda a Luis del Rivero. Hasta entonces, a Manuel Manrique (Navas de San Juan, Jaén, 1954) se le consideraba un incondicional de su antecesor.
Tras siete años relegado a un papel secundario, siendo el brazo derecho del presidente, Manrique se convenció de que la única manera de solucionar la crisis abierta en el consejo a raíz de la batalla por Repsol era lograr destituir a Del Rivero. Este sindicó su participación con Pemex para ganar peso, gesto que no agradó a La Caixa, que a su vez ostenta el 12,8% de la energética. La tensión era máxima, ya que la presión del entonces presidente de Sacyr por ganar terreno en la petrolera enturbiaba las relaciones de la compañía con sus bancos acreedores (a los que Sacyr debía un crédito de 4.900 millones que soportaba su participación del 20% en Repsol).
Y así lo hizo, en un movimiento que sorprendió a muchos. La lealtad no es para siempre, sobre todo si por su culpa peligra el futuro de una corporación, dicen personas cercanas al actual presidente.
Manrique es un hombre de trato cercano, de los que no se rasgan las vestiduras si se tienen que tomar una copa o incluso bailar con periodistas. Estudió en la Escuela Técnica de Ingenieros de Madrid. Inició su carrera en Ferrovial, donde conocería a sus futuros socios. En la empresa controlada por la familia Del Pino fue jefe de producción, jefe de obra y responsable de proyectos en Murcia, Soria y Andalucía. En muchos de esos cargos estuvo tutelado por Del Rivero.
En 2001 se hace cargo de la dirección general de construcción de todo el grupo Sacyr. En 2003, y coincidiendo con la fusión con Vallehermoso, la salida a Bolsa y la creación del grupo Sacyr Vallehermoso, Manuel Manrique se convierte en el máximo responsable de la división constructora del holding. En noviembre de 2004 se produce el penúltimo gran paso en su carrera, siendo nombrado consejero delegado del grupo.