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Cinco Sentidos

Decálogo del buen navegante

Antes de salir a alta mar hay que revisar el equipamiento de la embarcación, los permisos y contratar un seguro

Durante el verano, la mayor parte de los españoles acuden a la playa a pasar sus vacaciones. Muchos optan por disfrutar del sol y el mar desde la tumbona, pero otros prefieren sumergirse en alta mar con sus barcos, disfrutar del paisaje marino y evitar las aglomeraciones de las costas españolas. Liberty Seguros ha elaborado una serie de recomendaciones para que estos viajes sean lo más agradables posible. Decálogo para una navegación segura aporta los consejos "para disfrutar del yachting" sin peligros.

1 Existen ocho permisos diferentes según la embarcación y la distancia a recorrer: autorización federativa a motor; patrón para la navegación básica a motor; patrón para la navegación básica a motor y vela; patrón de embarcaciones de recreo a motor; patrón de yate a motor; capitán de yate a motor; patrón profesional de embarcaciones de recreo y navegación a vela para patrón de recreo, patrón de yate y capitán de yate. El tipo de barco también determina la longitud de trayecto permitida, dentro de las siete zonas establecidas por la ley. Por tanto, antes de partir hay que asegurarse de que la documentación está en regla y de que se dispone de los permisos necesarios para realizar el viaje.

2 Es necesario poseer un seguro de responsabilidad civil de suscripción obligatoria para embarcaciones de recreo, que cubre el daño a terceros. Además de esta póliza, existen otras más completas que cubren los daños de la propia embarcación o garantizan una indemnización en caso de accidente del patrón o de los pasajeros.

3 Informarse de la previsión meteorológica antes de comenzar el trayecto, a través del Instituto Nacional de Meteorología o de las transmisiones por radio VHF que se realizan a través de los centros de Salvamento Marítimo. Es fundamental también documentarse de la ruta y de los puertos a visitar: cartas náuticas, derroteros, libro de faros, balizamientos, lugares de fondeos, amarres disponibles, etc.

4 Comprobar que la nave cuenta con todos los útiles necesarios por si surge algún contratiempo: el equipamiento de seguridad, salvamento, contra incendios, navegación y de prevención de vertidos, que, además de imprescindibles, son exigidos por la ley para poder navegar. En estos equipos hay extintores, detectores de humos, depósitos de retención de aguas sucias, chalecos salvavidas o bocinas por si hay niebla. Estos elementos evitan, además, complicaciones a la hora de reclamar al seguro si ocurre un accidente.

5 Conocer las autoridades y los canales a través de los cuales comunicar con ellas. Si hay que emitir un aviso, se puede contactar con Salvamento Marítimo a través de la radio de a bordo por medio del canal 16 en VHF 156,8 Mhz y en Onda Media, 2.182 Khz. En Llamada Selectiva Digital (LSD), las frecuencias para hacerlo son en VHF 156.525 Mhz (Canal 70) y en Onda Media 2.187,5 Khz. Además, es recomendable disponer del teléfono de la compañía de seguros, que se encargará de gestionar lo necesario para un rescate.

6 Contar con un botiquín de primeros auxilios. No es obligatorio llevarlo, a no ser que se navegue a más de cinco millas de la costa, pero es recomendable por si alguno de los pasajeros sufre un golpe de calor o insolación, en los días de altas temperaturas, o mareos, aquellos que no estén acostumbrados a navegar. La aseguradora facilitará por teléfono un equipo de especialistas que asesorarán médicamente y también dispone de un servicio de traslado urgente a tierra.

7 Llevar provisiones de comida y agua potable por si la estancia se alarga más de lo esperado. Es imprescindible portar protección solar y vestimenta cómoda y adecuada para realizar las tareas de a bordo, así como de abrigo, ya que las noches en alta mar son bastante frías.

8 Si alguno de los pasajeros decide bañarse, hay que tomar unas precauciones: siempre debe permanecer alguien a bordo por si hay que contactar con los servicios de emergencia o por si el barco se alejase de la zona por un golpe de mar, y es conveniente arrojar un flotador atado al barco y desplegar una escalinata o cuerda para facilitar el ascenso a la embarcación.

9 Al regresar a tierra firme hay que asegurarse de que el lugar elegido cuenta con las instalaciones y las medidas de seguridad necesarias para que no se produzcan hurtos. En cualquier caso, es recomendable contratar un seguro que proteja en caso de robo de la totalidad de la nave o de los objetos que haya en su interior.

10 En ocasiones hay que transportar la embarcación del interior hasta el puerto. Este recorrido es muy delicado, ya que se producen numerosos daños durante la carga del barco en el remolque y en la botadura. Si la nave es remolcada con un turismo, este debe estar asegurado y preparado para ello. Hay empresas especializadas o webs que posibilitan la contratación de este servicio de transporte.

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