"La simpatía hacia Brasil y la moda 'casual' nos ayuda"
Con un solo producto, una sandalia de caucho, la compañía celebra su 50 aniversario. Las modelos internacionales empujaron a esta chancla a ser tendencia global y en la actualidad fabrica más de 120 versiones al año
La presidenta de la muy brasileña Havaianas es alemana. Circunstancia anecdótica que Carla Schmitzberger naciera en Colonia en 1962. Ella es 100% brasileira. Llegó al cargo en 2006 proveniente del mundo financiero y asegura disfrutar más ahora, vendiendo un producto material. La firma está presente en 85 países y vende 210 millones de pares de sus conocidas sandalias. La chancla nació hace 50 años como versión en caucho, más durable, de la sandalia zori japonesa.
¿Cómo sobrevive una marca 50 años con un solo producto?
Hemos vivido 32 años con un modelo en cuatro colores. En 1994 creamos el monocolor, con 20 tonalidades, y ahora todos los años lanzamos 120 nuevos. La clave para nosotros es la reinvención continua, escuchar para saber lo que el consumidor busca de colores, formas y estampados.
P. ¿Cuál es la razón del éxito?
El producto tiene un buen valor con un precio justo, es durable y cómodo. Es muy simple pero tiene una imagen sofisticada y vinculada a la moda.
Hubo una época que tener Havaianas en España era obligatorio.
El boom extranjero llegó cuando la compañía decidió ser internacional en 2001. El boca a boca ha funcionado muy bien. Las modelos internacionales que iban a Brasil las traían mucho a Europa o a EE UU porque era un gran regalo: barato, pequeño, que a todo el mundo le gusta y una cosa brasileña típica. En la tienda de Oscar Freire de São Paulo, la calle más sofisticada, que vende 30.000 pares por mes, el 40% de los clientes son extranjeros. Además, en 1998 se creó la versión Copa para apoyar a la selección de Brasil en el Mundial y colocamos la banderita del país. Brasil perdió y retiramos el producto del mercado. Pero a la gente le gustaba. Las llamamos Havaianas Brasil y hoy representan un 45% del volumen vendido en Europa.
¿La imagen de Brasil ayuda?
Brasil está en un buen momento: cuenta con una economía en crecimiento y organizará los próximos Juegos Olímpicos y el Mundial de fútbol. Eso nos ayuda. Pero el espíritu brasileño, de optimismo y alegría, ya era una cosa conocida que gusta mucho. Havaianas tiene ese espíritu. La simpatía hacia Brasil y la tendencia hacia la moda casual nos han ayudado.
¿Y cuál es el espíritu brasileño?
Son optimistas y alegres. Siempre piensan que mañana será un día mejor, desde los más pobres a los más ricos. Ríen y bromean. Es un espíritu alegre y colorido
¿Qué tiene de diferente una empresa brasileña?
Tiene esta alegría. El clima, con poco invierno, ayuda. Y el brasileño es muy flexible. Tenemos la habilidad de adaptarnos a nuevas condiciones de forma rápida. También hay ganas de trabajar, aunque parezca que solo hacemos fiestas.
Cuando desembarcaron en España, ¿qué diferencia notaron en la cultura empresarial?
Nosotros elegimos España para montar la dirección en Europa por varios motivos: una buena facturación, un idioma sencillo y porque los españoles son parecidos a los brasileños, son de espíritu alegre. La diferencia en Madrid es que tenemos una gran multiculturalidad entre los empleados.
¿Y al hacer negocios?
Somos muy parecidos. EE UU, por ejemplo, sí es muy diferente. Son más rígidos, siempre con unas reglas. Son más cuadrados.
¿Cómo es el consumidor?
Entre 15 y 35 años. Gente que se siente bien, que las utiliza en la playa, en la piscina, en casa, con jeans...