El desahogo cabe en tan solo 140 caracteres
Protestar por los recortes o la crisis u opinar sobre nuevos productos son usos en auge en las redes sociales
El uso de las redes sociales se expande. Si antes estaban limitadas a la comunicación personal y al entretenimiento, últimamente se han convertido en un medio para expresar el descontento y desahogarse de los problemas personales del día a día. "Cada época tiene aparejada una forma de protestas y en esta, tiene cada vez más relevancia hacerse escuchar en grupo en redes sociales", afirma Ricardo Pérez, profesor de sistemas de información del IE Business School.
Como explica Marc Cortés, profesor de Esade, las redes sociales son "un espacio para compartir opiniones y en el momento actual, de crisis y recortes, los ciudadanos aprovechan estos entornos para liberar tensión y dar comunicación pública a sus ideas". Desde que en 2004 los mensajes de texto se emplearan para convocar a cientos de personas en la calle Génova tras el 11-M, horas antes de las elecciones generales, el uso de las nuevas formas de comunicación para protestar ante los grandes poderes ha ido creciendo. Internet facilita esto aún más gracias a la posibilidad de contactar con individuos desconocidos y de enviar un mensaje al mismo tiempo a miles de personas.
Son numerosos los psicólogos que ven en estos medios una herramienta muy positiva para la sociedad. "La concepción negativa que se tiene de las redes sociales está relacionada con el tradicional miedo a las nuevas tecnologías, como cuando apareció el teléfono o el correo", asegura Luis Muiño, psicoterapeuta y divulgador. Y como muestra de ello, algunos de estos expertos están empezando a participar en ellas. Es el caso de Duelia, una red social de duelo. En esta web, personas que han sufrido una pérdida o están pasando por una grave enfermedad se encuentran para apoyarse en compañía de psicólogos profesionales.
Un entorno donde liberar tensión y expresar sentimientos
Sin embargo, los expertos no las consideran una nueva terapia: "Expresar sentimientos acerca de los problemas que te están generando los recortes puede ser a veces satisfactorio o frustrante, al ver que no sucede nada", aclara Muiño. El internauta no tiene, pues, por qué sentir una mejora al hablar de sus preocupaciones en la red.
Esto no implica que no puedan resultar útiles, e incluso terapéuticas en otro sentido, como forma de ampliar la vida social de aquellos individuos más introvertidos. Pueden ser "un buen medio para las personas a las que les falta habilidad para hablar en público o son más selectivas y prefieren conocer a gente más por afinidades que por casualidades", continua Muiño.
El problema, y la asignatura pendiente para los internautas, es el desconocimiento que se tiene aún de estas herramientas. "Es un fenómeno del que vamos aprendiendo las reglas sobre la marcha", afirma el profesor del IE Business School. "La persona no tiene el impacto de estar voceando una opinión", manifiesta Rodrigo Miranda, director general del Instituto Superior de Desarrollo de internet (ISDI). Las declaraciones emitidas en Twitter quedan en la red de forma permanente y la imagen del individuo puede verse perjudicada gravemente, sobre todo en el caso de que el perfil empleado esté relacionado con la empresa para la que trabaja. El director del ISDI recomienda contar con dos perfiles no relacionados, uno para cuestiones personales y otro para temas empresariales, de manera que las ideas volcadas no puedan asociarse a una firma determinada y afectar posteriormente al puesto de trabajo propio.
Cómo cuidar la identidad digital
Tan solo el 20% de los ciudadanos controla de manera consciente su identidad digital, mientras que más del 90% de las empresas la rastrean para contratar o no a sus posibles empleados, según el ISDI. Rodrigo Miranda y Julio Alonso, fundador de Weblogs, impartieron en dicho centro un seminario acerca de las claves para construir una identidad digital adecuada.El primero de los pasos es definir los objetivos de la identidad digital: contactos personales, profesionales o laborales.En segundo lugar, elegir las redes sociales adecuadas para nuestro fin y adecuar nuestras estrategias a cada una de ellas.Por último, hay una serie de claves muy útiles para definir esta táctica: acaparar esta identidad en todas las redes y crear incluso un dominio propio en el que incluir las inquietudes personales, controlar los resultados que el perfil tiene en la red y dominar la web, sin que su gestión elimine tiempo de otras actividades.