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Los mejores 100 diseños de casas en un espectacular viaje por todo el globo

Una 'biblia' de los interiores del mundo

Necesita inspiración para decorar su hogar? ¿Busca algún mueble nuevo? ¿O quiere darle personalidad? La mejor manera para sacar ideas -y de paso deleitarse por pura estética- es echar una ojeada a 100 interiors around the world (100 interiores alrededor del mundo), una biblia del diseño recién lanzada por Taschen, maravillosamente cuidada y en dos volúmenes, con un precio de 39 euros.

Cada volumen fotográfico, de grandes dimensiones, se abre con un mapamundi de las distintas localizaciones. Si no sabe por donde empezar, hágalo por las ciudades que más le llamen la atención. Por ejemplo, Milán, por aquello de ser cuna del diseño. Allí podrá ver una casa-estudio en una antigua fábrica. En el conjunto blanco minimalista solo destacan las juntas y barandillas negras, que asemejan trazos sobre un lienzo. Viajando hasta Tailandia, en el frondoso norte, arquitectos locales, de Nueva York, artistas y un maestro de feng shui han diseñado una casa de tres pabellones, mezcla de oriental y occidental, con detalles como baldosas con estampaciones en bambú, ventanales y tatami en la zona de descanso.

En Buenos Aires se puede contemplar la céntrica casa del fotógrafo Juan Gatti, con grandes ventanales a los iconos bonaerenses. "Mi fantasía siempre fue tener un apartamento de playboy", confiesa el artista. Su casa es una mezcla de clasicismo, rehabilitación moderna y objetos encontrados en rastrillos. Al otro lado de los Pirineos, en Biarritz, una antigua granja de faisanes se ha convertido en residencia estival de la diseñadora Isabel López-Quesada. El salón fue reconstruido con paredes de planchas de acero ondulado, las estancias están cubiertas por tablones de pino en blanco y el mobiliario parece rescatado de La casa de la pradera.

España también está representada. Barcelona, mediante el esplendor bohemio de la vivienda del interiorista Lázaro Rosa-Violán. Su cocina está decorada con una pintura del siglo XIX y el mobiliario se encuentra más cerca del puro arte. En Madrid, la productora musical Eugenia Melián ha decorado su hogar entre una mezcla de la rusticidad de la Andalucía de su niñez y la inspiración internacional, con objetos de muchos lugares del mundo por donde ha transcurrido su vida. Sin miedo, por ejemplo, a que a la mesa de la cocina -del XIX, rescatada de una granja-, le falte una esquina y combine con sillas vintage de plástico. En Ibiza, un marchante francés ha convertido una casa en ruinas de una finca en un lugar simple, claro y con la luz como protagonista. Incluso la isla de la cocina es de mármol blanco. Pero incorpora la madera y los marcos oscuros como contraste.

Al otro lado del Mediterráneo, en Atenas, un majestuoso inmueble neoclásico sigue la línea del blanco aunque marcado con el contraste del negro. Incluso su suelo asemeja a un tablero de ajedrez, pero de azulejos de cemento elaborados a mano. Solo algunos objetos y libros resaltan entre el monocolor.

Al sur del Mare Nóstrum, el estilista Frans Ankroné representa la rehabilitación de los riads (palacios) de Marraquech. Mosaicos reconstruidos, puertas hechas a mano, rescate de los delicados detalles árabes junto a algún punto de modernidad. Al norte, en Moscú, un pequeño apartamento demuestra como contraste que el diseño no tiene por qué ser lujo. Una vivienda comunitaria del Estado se ha reconvertido en un espacio vivo gracias al color, con puertas lacadas en rojo y techos de madera en verde.

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