La unión bancaria, en septiembre
La Comisión Europea ha puesto fecha al proceso de creación de la unión bancaria, tras comprometerse los países en el Consejo Europeo de junio. El 11 de septiembre Bruselas presentará un proyecto con el diseño completo, uno de los pilares que sustentarán el edificio financiero del euro, junto con la unión fiscal y los mecanismos de auxilio a los Estados y a la banca. Era una de las peticiones más apremiantes de España y de otros países cuyos sistemas financieros tienen también defectos de capital.
Con la unión bancaria el BCE supervisará a todas las entidades sistémicas (casi todas lo son en la zona euro), creará un fondo de garantía de depósitos financiado por las entidades, y dispondrá de un mecanismo de salvamento de los bancos que lo precisen, separando el riesgo bancario del soberano. España tiene un especial interés en esta cuestión, puesto que lograría que al capital que se inyecte desde Europa en los bancos fallidos no se le considerara deuda pública. El calendario parece demasiado optimista, a juzgar por como caminan las cosas en la UE. Por tanto, España debe capitalizar su banca por el mecanismo ya creado, porque se juega la estabilidad financiera y la recomposición del crédito. No es baladí la consideración del capital inyectado como deuda, pero ahora puede considerarse secundario.