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Directivos / Verano

El esfuerzo olímpico de las madres

El gigante P&G relanza su patrocinio de Londres 2012 homenajeando a las progenitoras de los atletas

Soy el jugador que soy también gracias a mi madre. Tienes que aportar cosas de la vida cotidiana al mundo del deporte. Prefiero dar un pase para que un compañero mío esté feliz. Eso me lo ha inculcado mi familia". Estos son los valores que describe Rudy Fernández, jugador de la selección española de baloncesto, en un vídeo promocional del gigante P&G (Procter & Gamble) para los Juegos Olímpicos.

Y es que esta multinacional de origen estadounidense ha querido homenajear a las madres de todos los atletas participantes en los Juegos Olímpicos de Londres que comienzan mañana. Dentro de su campaña Gracias, mamá, en la que han mostrado durante los últimos meses vídeos en televisión e internet del esfuerzo de ser madre, ahora apuestan por agradecer el esfuerzo de las progenitoras de los atletas olímpicos.

Para ello han invitado a 60 madres de deportistas de todo el mundo a acudir a a ver los Juegos, con entradas para disfrutar de las competiciones de sus hijos y de la ceremonia inaugural. Además, han habilitado un hospitality -una zona de descanso- para estas mujeres. Incluye zona de tratamientos de belleza, una guardería, una lavandería, un café para comidas y un área de internet. Estará habilitado para dar soporte a cualquiera de las madres de los más de 10.000 participantes.

"Nos levantamos todos los días a las cinco", dice la madre de la nadadora Claudia Dasca

Con esta campaña P&G hace un guiño a las madres de todo el mundo, sobre quienes descansa en gran parte las tareas cotidianas, incluidas las compras de los productos domésticos. Un mercado en el que la multinacional compite con artículos como Ariel, Pantene, Olay, Fairy, Pringles, Ace, Gillette, Oral-B o Ambi Pur.

Entre las invitadas a acudir a la cita de Londres se encuentran tres madres españolas. Una de ellas es la de Rudy Fernández, Maite Farrés. "Rudy se fue de casa con 13 años para vivir en Barcelona. Nosotros vivíamos en Mallorca. Y antes se había ido su hermana también con 13 años. Todo el proceso ha sido muy duro".

Toda la familia Fernández ha jugado al baloncesto como amateur o profesional. Pero los hijos han tenido un especial éxito, tanto Marta como Rudy, quien actualmente pertenece a la plantilla del Real Madrid y que ha sido jugador de la NBA en los Portland Trail Blazers. "Pero el esfuerzo ha merecido la pena a pesar de las lesiones. Rudy todavía no ha podido demostrar todo lo que puede dar", cree su madre. Ella ya ha visto a su hijo competir en los Juegos de Atenas y Pekín, donde ganó la medalla de plata. A pesar de ser una estrella, Farrés reconoce que han trabajado en la humildad. "Nosotros siempre hemos fomentado el trabajo en equipo. Ellos no son el centro del mundo, hay un grupo a su alrededor".

También viajará a Londres Eloísa Serrano, la madre del gimnasta Sergio Muñoz. En este caso de un deporte que difícilmente convierte a sus atletas en estrellas. Incluso reconoce que difícilmente ganará una medalla olímpica. Pero el esfuerzo de su madre ha sido enorme igualmente. Empezando por renunciar al trabajo, recorriendo 150 km al día para llevar a Sergio y a su hermana Encarna, bailarina, cada día a los entrenamientos en diferentes puntos de Madrid. "En el cole nadie sabía que era especial y que cada día tenía que entrenar muchas horas. Cuando llegábamos a casa cenábamos y nos dábamos el baño para relajarnos y luego había que hacer los deberes".

"Teníamos claro que la culminación del éxito llega no solo por el deporte sino también por lo formativo", explica Teresa Romeu, madre de la prometedora nadadora Claudia Dasca, de 17 años, y profesora universitaria. Su hija acaba de ser aceptada en Medicina. "Ha sido difícil, pero ella tenía claro que cuando llegaban los fines de semana tenía que renunciar a veces a las horas de ocio por el estudio". Y cada jornada era igual de dura. "Nos levantamos a las cinco de la mañana para saltar al agua a las seis". Luego ir al instituto. Volver al entrenamiento por la tarde. Y después estudiar. Así cada día. "Siempre hemos dialogado todo. En casa hablamos mucho y ella sabía que contaba con nuestro apoyo". A partir de mañana llega el momento de recoger los frutos.

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