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Columna
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Un acuerdo difícil de rescatar

La llamada de once horas de Qatar Holdings para lograr unas mejores condiciones de fusión ha dejado el acuerdo de 70.000 millones de dólares con Glencore en un terreno inestable. Al segundo mayor accionista de Xstrata le puede resultar difícil dar marcha atrás a su demanda de mejorar la oferta en un 16% después de hacerlo pública. Pero el responsable de Glencore, Ivan Glasenberg, tiene motivos para preocupar a sus accionistas. Si los cataríes se mantienen firmes, el acuerdo puede quedar aparcado para otro día.

Los términos originales del acuerdo eran de 2,8 acciones de Glencore por cada una de Xstrata, ya eran sin duda generosos para una "fusión entre iguales" que pondría al responsable de Xstrata al frente del grupo resultante. Pero era un reflejo justo de las débiles sinergias antes de impuestos cifradas en 500 millones de dólares.

Es un salto desde el ratio de 3,25 ahora propuesto por los cataríes, que representa una prima del 25% sobre el statu quo anterior al acuerdo. Eso sugiere que las empresas tendrían que encontrar alrededor de 1.300 millones de dólares de sinergias antes de impuestos, tomando la media de las tasas impositivas efectivas de ambas. Aún teniendo en cuenta el hecho de que las empresas están aún perfilando sus sinergias originales y que podrían revisarlas al alza, parece una barrera muy elevada. Glasenberg ha estado observando a Xstrata durante años. Puede estar tentado a ampliar el ratio para llegar a un acuerdo. Pero tanto él como los catarías están siendo, fundamentalmente, muy rigurosos con el valor. Demandando un ratio específico de cambio, los cataríes han dibujado una línea en la arena que Glencore puede resistirse a cruzar por ahora. El éxito del acuerdo ahora depende en si la línea es firme, o Catar está dispuesto a comprometerse.

Kevin Allison

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