Chipre marca el final de una etapa
Afectada por una tormenta perfecta en forma de crisis económica y por los desastres provocados por el hombre, Chipre se ha visto obligada a pedir ayuda a la eurozona. Pese a ello, los 10.000 millones de euros de ayuda son migajas para los fondos de rescate europeos. Europa necesitará una estrategia diferente para manejar la situación en España e Italia.
La economía chipriota ha sido golpeada por la crisis de la eurozona y un creciente desempleo. También ha sufrido dos catástrofes: una explosión en la principal planta eléctrica que generaba la mitad de la electricidad de la isla y la reestructuración de la deuda griega, que dejó a los bancos chipriotas con grandes pérdidas en sus posesiones de bonos soberanos. Pese a no tener acceso a los mercados desde mediados de 2011, Chipre ha podido seguir gracias a los préstamos de Rusia.
Chipre necesitará unos 10.000 millones, equivalentes a cerca del 55% del PIB. Deutsche Bank afirma que son 4.200 millones para afrontar las pérdidas de los bancos en bonos griegos y créditos dudosos, y unos 6.300 millones para financiar déficits y vencimientos de deuda hasta 2015. En este escenario, la deuda podría llegar al 99% del PIB en 2013. Pese a que la eurozona se está acostumbrando a rescatar a sus miembros, lo de Chipre no será fácil. El país necesitará hacer frente a su problema de competitividad, con un continuado déficit por cuenta corriente que se prevé que sea del 7,8% del PIB para este año. El gobierno ha adoptado una dieta de austeridad y congelación de salarios, pero la eurozona puede ser más estricta, y querrán más dureza en la recolección de impuestos y la evasión fiscal.
Por suerte, el tamaño es pequeño. Los fondos de rescate de la eurozona pueden financiar fácilmente a Chipre con sus recursos actuales, y no hay necesidad inmediata de una quita de la deuda al sector privado como en Grecia. Pero el rescate de Chipre marca el final de una era en la eurozona. Se han rescatado a cuatro países relativamente pequeños. Los próximos problemas son España e Italia. Con 526.000 millones en vencimientos de deuda en los dos próximos años, son demasiado grandes para un tratamiento a lo chipriota.
Por Neil Unmack.