La morosidad trae mortalidad

En estas mismas páginas ya hemos constatado que el plan de pago a proveedores diseñado por el Ministerio de Hacienda es una de las medidas no solo más eficaz, sino también más justa de las que ha acometido el Gobierno en el transcurso del complejo medio año que hoy cumple en el poder. Pero, además de para paliar la asfixia financiera de muchas empresas, principalmente pequeñas y medianas, el plan por el que el ministro Cristóbal Montoro pasará a la historia de esta legislatura ha servido para constatar fehacientemente lo que era obvio: la Administración española, sea cual sea su nivel, paga tarde y mal.

El grave problema de tener cuestionables administradores del dinero público -solo así se puede interpretar la morosidad de la Administración- coincide con una dejadez en el sector privado que no puede escudarse solo en el efecto dominó inducido por los retrasos del sector público. La Plataforma Multisectorial contra la Morosidad acaba de presentar un informe en el que se ponen también negro sobre blanco las carencias del sector privado a la hora de pagar. Urge activar soluciones porque el sector privado, con las empresas de construcción y de servicios a la cabeza, paga sus facturas igualmente con un enorme retraso, que es causa fundamental de un tercio de la mortalidad empresarial.