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Alemania retira 116.000 millones y deja sus fondos en la mitad

La gran banca europea saca más dinero de España que de Grecia durante la crisis

¿Es peor España que Grecia? La gran banca europea así parece pensarlo. De todos los países con problemas, solo Irlanda ha sufrido una huida de préstamos de los bancos de Alemania, Francia y Reino Unido mayor que la nacional.

Fachada de un banco
Fachada de un bancoThinkstock

Algún día habrá alguien que consiga poner orden en las causas y los efectos de la crisis, que decida quién detonó qué y si aquello fue el motivo o la consecuencia de cada cataclismo concreto. Mientras tanto lo que hay es un círculo vicioso donde las relaciones perniciosas se retroalimentan y nadie sabe quién es el culpable.

Se acusa a las naciones del sur de Europa de ser díscolas, de vivir por encima de sus posibilidades con dinero ajeno y de estar pagando ahora las consecuencias. Los bancos de la gran y sólida Europa (Alemania, Francia y Reino Unido) han estado atentos a las señales y han plegado velas con retiradas masivas de fondos desde que estalló la crisis con el objetivo de proteger la salud de sus sistemas financieros.

Pero también hay otra forma de ver las cosas. Quizá es esta retirada de financiación la que ha dado profundidad a la crisis, la que ha convertido una tormenta financiera en una bomba capaz de destrozar la zona euro.

Las cantidades no son para menos. Los sistemas financieros de Alemania, Francia y Reino Unido han drenado más de 743.000 millones de euros de los países europeos más afectados por la crisis (Grecia, Irlanda, Portugal, España, Italia y Francia, que vive en la contradicción de coliderar la eurozona y estar a la vez contagiada por el virus) desde el cierre de 2007 al final de 2011.

Los datos son del Banco de Pagos Internacionales (el BIS, por sus siglas en inglés), suman la exposición a deuda soberana, a entidades y organismos públicos, a bancos y a particulares, y encierran una sorpresa. La lógica diría que la gran banca europea ha reducido su exposición en proporción a los problemas de cada país. De esta forma, deberían ser los países que ya han caído, los que están intervenidos, los más afectados.

Pues no es así. Es cierto que Irlanda lidera la lista de damnificados por la huida financiera. Entre el cierre de 2007 y el fin de 2011 ha perdido más de la mitad de los préstamos de la banca internacional. Pero la siguiente de la lista no es Grecia, ni tampoco Portugal. España es la que tiene el dudoso honor de situarse en segundo lugar. Desde que estalló la crisis ha perdido el 43,4% de los fondos que la banca alemana, británica y francesa le tenían prestado. Eran 480.500 millones de euros y ahora están en 272.000 millones.

Hay que resaltar que España gana a Grecia por unas décimas, porque la banca internacional ha retirado el 43,2% de su exposición a Atenas, pero se trata de un país que va por su segundo rescate y donde los bancos de inversión cruzan apuestas sobre las probabilidades de que abandone el euro. De todas formas, algunos expertos apuntan a que las cifras griegas son difíciles de interpretar, porque muchos bancos se han visto atrapados en ese país. No tenían posibilidad de salir sin asumir fuertes pérdidas, así que optaron por quedarse para ver qué muebles podían ser salvados.

Quizá esa experiencia es la que ha llevado a la gran banca europea a retirarse a los cuarteles de invierno en cuanto ha visto peligro en España. Alemania, por ejemplo, ha reducido a la mitad su exposición, lo que implica 116.000 millones volatilizados de la economía española. Francia ha sido más moderada (-39%), al igual Reino Unido (-34%), pero las cifras son lo suficientemente abultadas como para colapsar el sistema circulatorio de un país.

Con Italia también lo han hecho, aunque en menor medida. La economía italiana ha perdido el 36% de los préstamos de la banca alemana, francesa y británica que tenía. En su caso son 232.000 millones los que se han escapado en cuatro años.

Portugal es un caso aparte. Ha sufrido la fuga, como todos, pero de forma mucho más reducida. Pese a estar intervenida desde la primera mitad de 2011, aún conserva casi las tres cuartas partes del volumen de préstamo que tenía la gran banca europea en 2007.

Y luego está Francia. La banca alemana ha visto claramente el peligro de que este país caiga víctima del contagio: ha retirado el 24% de los préstamos que tenía hacia ella en cuatro años. Pero Reino Unido incluso los ha aumentado ligeramente. El balance hace que su posición neta total no sea tan mala, pero las señales de alerta están ahí.

Buena parte de la retirada de fondos a los países con problemas procede de la venta de deuda pública. Los bancos europeos de países sanos han huido de los bonos soberanos de aquellos que no lo estaban tanto. Pero la fuga no se queda ahí. Los préstamos a la banca, a organismos y empresas públicas y a particulares también se han visto muy afectados. ¿Cuál es la conclusión? La banca de los países con problemas se ha quedado asfixiada sin financiación exterior, lo mismo que el resto de los eslabones de la cadena.

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