La coalición pro euro no despeja las dudas sobre la solvencia de Grecia
En Grecia ha ganado la opción que Europa quería, pero ahora resulta que eso ya no sirve para nada. El mercado considera que el desafío que afronta Grecia hará que el debate sobre la ruptura del euro vuelva abrirse en poco tiempo, cuando se confirme que Atenas no puede cumplir con las exigencias de la troika (UE, BCE y FMI).
El debate sobre si Grecia saldrá o no del euro volverá. No ha quedado zanjado, lo que se ha logrado es ganar tiempo", explicaba ayer en rueda de prensa el investigador del Real Instituto Elcano, Federico Steinberg. Las elecciones celebradas el domingo han dado la victoria a los conservadores de Antonis Samaras, líder de Nueva Democracia, que logra 129 escaños. El partido izquierdista Syriza ha obtenido 71 diputados, mientras que los socialistas del Pasok son la tercera fuerza política, con 33 asientos. La mayoría absoluta la otorgan los 151 escaños.
La tesis principal es que Nueva Democracia -corresponsable de la crisis, pues gobernó entre 2004 y 2009- y Pasok -que se le sucedió en 2009 hasta que tuvo que ser reemplazado por un Ejecutivo tecnócrata- formen un Gobierno de unidad nacional, en el que podrían tener cabida otras fuerzas políticas menores. Pese a que este es el resultado anhelado en Bruselas, el mercado considera inevitable que Grecia entre en colapso si no se suavizan los términos del rescate. Berlín, que es quien tiene la última palabra, no cede. La canciller Angela Merkel lanzó ayer un mensaje contundente desde Los Cabos (México), donde comenzó la cumbre del G-20: "Lo importante es que el nuevo Gobierno cumpla los compromisos que se han hecho (...) No debe haber ninguna relajación en los objetivos marcados".
Eso sí, el impacto en los mercados y no precisamente en Grecia, sino en España e Italia, probablemente terminará inclinando a Berlín por una vía más pragmática y menos intransigente. Las Bolsas de Madrid y Milán sufrieron ayer descensos del 3%, mientras que la rentabilidad exigida al bono a 10 años rebasó el 6% en Italia y el 7% en España.
Grecia pactó en junio de 2010 un plan de ayuda de 110.000 millones de euros, de los que se han desembolsado 73.000 millones. En marzo de este año se acordó un segundo rescate por una suma adicional de 130.000 millones. El objetivo final es devolver al país a una senda sostenible, cifrada por la Comisión Europea en un porcentaje de deuda "inferior" al 117% del PIB para el año 2020. Para ello, Grecia se comprometió a alcanzar en 2014 un superávit primario -excluido el pago de intereses- del 4,5%. Un compromiso que ya obliga solo en 2012 a encontrar vías de ahorro equivalentes al 8,5% del PIB, despedir a 150.000 funcionarios en los próximos años, recortar más del 10% las pensiones y contiene un detallado plan de privatizaciones, medidas fiscales y reducciones en la prestación de servicios públicos. En realidad, ninguno de los anuncios hechos en marzo a la troika ha sido puesto en marcha, lo que evidencia lo difícil que es que Grecia pueda cumplir su palabra.
El cuadro macro pactado entonces suponía una contracción del PIB del 4,7% este año y una deuda pública del 160%. Todo empezaría a mejorar sustancialmente a partir de 2013, donde habría ya un superávit primario del 1,8%. Desde Bank of America se considera que esos supuestos están obsoletos.
"Europa puede decir que Grecia ha vuelto al camino", reconocen desde Morgan Stanley. "Pero no se ha resuelto mucho desde de una perspectiva de medio plazo. La solvencia está lejos de estar asegurada". La alegría por el resultado electoral más ortodoxo se ha extinguido antes de llegar a repercutir en las Bolsas. "El dracmageddon se ha evitado de momento. Pero sigue como riesgo latente y por eso pensamos que los daños sobre el euro serán permanentes", completan desde Morgan Stanley.
El euro subió casi un 1% en Australia el domingo tras conocerse las primeros resultados oficiales y rebasó los 1,27 dólares. Con Europa operativa, la moneda cayó este lunes un 0,5%, pasando a cotizar a 1,258 dólares. Tras el día D de Grecia, la vida sigue... igual.