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La UE planta cara a las críticas

El G20 presiona a Europa para que solucione la crisis de la deuda

La declaración final de la cumbre contendrá un mandato clave para sus socios europeos, a los que instan a hacer todo lo necesario para acabar con la crisis soberana, que amenaza al resto del mundo. Y eso, a pesar de que la Unión Europea se revolvió ayer contra el resto de socios del G20, que acusan al Viejo Continente de desestabilizar el sistema financiero mundial con una interminable crisis de la deuda pública en la zona euro.

El presidente del Gobierno español,Mariano Rajoy, habla con los medios a su llegada a Los Cabos
El presidente del Gobierno español,Mariano Rajoy, habla con los medios a su llegada a Los CabosREUTERS

La placidez de la Baja California mexicana parece condenada a quebrarse durante las dos jornadas del G-20 (ayer y hoy) que se celebra en Los Cabos. La cita se anunciaba como el inevitable ajuste de cuentas entre las principales economías del planeta y la zona euro, a la que se acusa de ser incapaz de zanjar una crisis de deuda que se prolonga desde hace dos años y daña el crecimiento mundial.

Ayer, sin embargo, momentos antes de que comenzase la primera reunión del G-20 (a las 10 de la mañana hora local de Los Cabos, 18 horas en Madrid), el presidente del Consejo, Herman Van Rompuy, y el de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, celebraron una furibunda rueda de prensa en la que arremetieron contra los principales socios del foro internacional.

"No estamos aquí para recibir lecciones de nadie", advirtió Barroso. Y Van Rompuy recordó que frente a la "suave recesión" que atraviesa la zona euro, la crisis financiera que desencadenó EE UU en 2008 condenó a algunos países a "recesiones del 5% y hasta del 10%".

Pese al golpe sobre la mesa propinado por Barroso y Van Rompuy, la declaración final de la cumbre contendrá un mandato clave para sus socios europeos, a los que instan a hacer todo lo necesario para acabar con la crisis soberana, que amenaza al resto del mundo.

El lenguaje de la declaración final de la cumbre, según el borrador al que ha tenido acceso Efe, da su apoyo a las reformas que quiere poner en marcha la UE, como la unión bancaria, pero no deja lugar a dudas con otra tarea titánica que le impone. "En un momento de renovadas tensiones en los mercados, los miembros europeos del G20 tomarán todas las medidas necesarias para salvaguardar la integridad y la estabilidad del área", afirma, justo en un momento en el que los bancos de inversión han especulado con la posibilidad de una ruptura parcial del proyecto del euro.

El comunicado cita dos medidas concretas que deben abordar los europeos, mejorar el funcionamiento de los mercados financieros y romper el círculo vicioso entre la banca y la deuda soberana de los países.

España es un ejemplo de este último problema, con un sector bancario con fuertes necesidades de capital y saneamientos, lo que supone un grave problema para el Estado, que debe rescatar varias entidades, y por tanto también para la cotización del bono español.

Antecedentes

La dureza de las palabras de los dos dirigentes comunitarios llegó precedida de una teleconferencia, el pasado viernes, con los cinco Gobiernos europeos del G-20 (Alemania, Reino Unido, Francia, Italia y España), lo cual denota que, a pesar de las evidentes discrepancias internas en el seno de la UE, los líderes europeos parecen dispuestos a plantar cara en Los Cabos a la presión de sus socios internacionales.

Entre estas presiones se encuentra la del presidente de EEUU, Barack Obama, quien ha redoblado sus esfuerzos para pactar con Europa un gran pacto en favor del crecimiento. A primera hora del día la Casa Blanca anunció una reunión a puerta cerrada entre Obama y la canciller alemana, Angela Merkel, que no estaba previamente en la agenda del mandatario.

De ese encuentro, que se celebró poco antes del comienzo de la cumbre del G20 y en el que ambos hablaron de los planes de los líderes europeos para enfrentar la crisis en la zona euro, Obama salió "alentado", en palabras del portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney. Los dos dirigentes "acordaron trabajar estrechamente", incluyendo en la cumbre del G20, "para conseguir respaldo para lo que se necesita hacer en Europa y el mundo para estabilizar la situación y apoyar el crecimiento y el empleo", explicó Carney a los periodistas. Ambos dialogaron de la "importancia de tomar medidas para promover la estabilidad financiera y aumentar la integración europea", agregó el portavoz.

Lances diplomáticos

De momento, ayer, la contraofensiva no dejó títere con cabeza ni se ciñó a los habituales lances diplomáticos. Barroso llegó a sugerir que otros países resuelven muy rápido sus problemas porque son dictaduras, en clara alusión al Gobierno de Pekín, uno de los más quejosos con la crisis de la zona euro.

Pero China no fue la única en recibir la embestida. La UE también criticó los "desequilibrios externos" que presentan numerosas economías del G-20, entre ellas la estadounidense. Arremetió contra el proteccionismo de algunos socios, en un ataque directo contra la Argentina de Cristina Fernández. Y reivindicó su derecho a utilizar los recursos del Fondo Monetario Internacional, a pesar de la queja de los emergentes. "Somos los que más contribuimos al FMI (....) y los que pagamos a tiempo", remató Barroso.

Pese a ese tono, Bruselas es consciente de que debe ofrecer una solución. Y ayer adelantó que la primera respuesta será la unión bancaria, como paso previo a una integración presupuestaria total. "Pero será a nuestro paso", señaló Van Rompuy. "Y tomará años".

Ultimátum

Pese al golpe sobre la mesa propinado por Barroso y Van Rompuy, la declaración final de la cumbre contendrá un mandato clave para sus socios europeos, a los que instan a hacer todo lo necesario para acabar con la crisis soberana, que amenaza al resto del mundo.

El lenguaje de la declaración final de la cumbre, según el borrador al que ha tenido acceso Efe, da su apoyo a las reformas que quiere poner en marcha la UE, como la unión bancaria, pero no deja lugar a dudas con otra tarea titánica que le impone. "En un momento de renovadas tensiones en los mercados, los miembros europeos del G20 tomarán todas las medidas necesarias para salvaguardar la integridad y la estabilidad del área", afirma, justo en un momento en el que los bancos de inversión han especulado con la posibilidad de una ruptura parcial del proyecto del euro.

El comunicado cita dos medidas concretas que deben abordar los europeos, mejorar el funcionamiento de los mercados financieros y romper el círculo vicioso entre la banca y la deuda soberana de los países.

España es un ejemplo de este último problema, con un sector bancario con fuertes necesidades de capital y saneamientos, lo que supone un grave problema para el Estado, que debe rescatar varias entidades, y por tanto también para la cotización del bono español.

Cena aplazada

Esta noche iba a celebrarse una cena de trabajo entre el presidente estadounidense y los líderes de los cinco países europeos que asisten a la cumbre (España, Alemania, Francia, Italia y el Reino Unido) y los presidentes del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, y de la Comisión, Jose Manuel Durão Barroso dado que al retrasarse toda la agenda han acordado reunirse en otro momento, según han informado fuentes del Gobierno español.

Apoyo al rescate bancario de España

España pasó ayer de ser una mera invitada permanente en el G-20 a convertirse en una de las grandes protagonistas. Con todas las miradas puestas en la crisis de la zona euro, el récord de la prima de riesgo de la deuda española dejaba claro a los participantes en la reunión de Los Cabos hacia dónde apunta peligrosamente el contagio. En el borrador preparado por los países participantes en la cumbre, se incluye una "bienvenida al plan de España para recapitalizar su sistema bancario", informa Efe. Además, el texto señala que los miembros de la zona euro "tomarán todas las medidas necesarias para salvaguardar la integridad y estabilidad del área.El ministro español de Economía, Luis de Guindos, intentó calmar los ánimos y aseguró que el actual acoso de los mercados "se irá corrigiendo", según palabras recogidas por Europa Press. De Guindos consideró inmerecido el castigo que sufrió ayer el bono español. "No se corresponde con los esfuerzos ni la potencialidad de la economía española", señaló.

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