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El FMI marcará una primera referencia de 40.000 millones de déficit

Baile de cifras antes de recetar el rescate para la banca española

Baile de cifras antes de recetar el rescate para la banca española
Baile de cifras antes de recetar el rescate para la banca españolaEFE

El sistema financiero español vive jornadas de vértigo, tanteando casi a ciegas la factura que deberá asumir como consecuencia del exigente ejercicio de transparencia que le espera para las próximas semanas. El baile de cifras está servido, más aún teniendo en cuenta que el sector se somete al escrutinio no de un único juez, como hasta ahora sucedía con el Banco de España, sino de varios. El primero, el FMI, que el lunes anunciará su estimación de necesidades de capital para el sistema y que se cifra en 40.000 millones de euros. Será la primera referencia con la que abordar el resto del proceso, que días después encajará el resultado de la auditoría que encargó Economía a las consultoras Oliver Wyman y Roland Bergen. Someterán a un escenario de estrés económico al conjunto de la cartera crediticia española, lo que arrojará nuevas necesidades de provisiones y de capital que, según apuntan fuentes financieras, no serán un calco de las cifras que arroje el FMI pero tendrán necesariamente que guardar cierta coherencia para no añadir aún más incertidumbre sobre el estado de salud de la banca. Serán los dos grandes diagnósticos a partir de los que establecer dónde están los límites de la banca española para poder afrontar por sí misma la necesidad de saneamiento que requieren sus riesgos crediticios y qué entidades, vistas sus limitaciones, necesitarán ayuda. Será además el listón para ver qué capacidad tiene el Estado para socorrer a su sistema financiero sin tener que pedir la ayuda de Bruselas, un escenario que, en cualquier caso, se da por irremediable en estos días.

Las quinielas sobre la cuantía de la factura se dispararon ayer, cuando el secretario general del Partido Popular Europeo (PPE), Antonio López-Istúriz, avanzó que las necesidades de la banca española rondan entre los 80.000 y los 100.000 millones de euros. La primera referencia la dio esta semana Emilio Botín, cuando cifró en 40.000 millones de euros las necesidades de capital del sector, en línea con la cuantía que se espera del diagnóstico del FMI para este lunes, que descontaría un aumento en la cobertura de la cartera de crédito para el conjunto del sistema de entre el 12% y el 13%. La necesidad que calcula el presidente de Santander estaría limitada además a las entidades nacionalizadas: Bankia, Catalunya Caixa, Novagalicia y Banco de Valencia. La gran banca juega la baza evidente de evitar que los problemas de determinadas entidades sean un factor más de debilidad y contagio sobre el conjunto. De hecho, los nuevos esfuerzos de saneamiento que se esperan elevarían todavía más el listón de las entidades que pueden sobrevivir en solitario, sin necesidad de ayuda pública. Así, Standard & Poor's estima que solo saldrían airosas de este nuevo desafío Santander, BBVA y CaixaBank.

La agencia de calificación financiera maneja un escenario de partida en el que, ante el deterioro de la economía española -con una caída del PIB del 1,5% en 2012 y del 0,5% en 2013- el sector deberá reconocer pérdidas en su cartera de créditos por entre 80.000 y 112.000 millones de euros. Una vez descontado que las entidades tienen capacidad de absorber pérdidas por 60.000 millones, el déficit de capital quedaría en entre 20.000 y 52.000 millones de euros hasta 2013. La cifra sería manejable, concentrada en un número limitado de entidades, según S&P. Sin embargo, el escenario se complica notablemente si los saneamientos correspondientes al deterioro de la cartera durante 2012 y 2013 deben ejecutarse de golpe en este año, en línea con el espíritu del decreto de mayo para la cartera inmobiliaria sana. En tal caso, el déficit para la banca se elevaría en 30.000 millones de euros, hasta un máximo de 82.000 millones, un escenario que minaría la solvencia del sector, excepto Santander, BBVA y Caixa.

Fuentes del sector insisten en que la cuantía final de la factura dependerá del grado de estrés al que se someta el riesgo crediticio de la banca española. Siguiendo el criterio adoptado por Bankia en su plan de saneamiento, hasta ahora única referencia cierta para el sector y que anticipa más provisiones en hipotecas y crédito a empresas, el sector necesitará 45.000 millones de euros adicionales de capital, con exigencias que superan los 5.000 millones para BBVA y Unnim, CaixaBank y Cívica, Popular y Pastor, Sabadell y CAM y Liberbank. Pero con tal de intentar saciar la permanente desconfianza del mercado, la factura bien podrá ser más elevada.

Las cifras

45.000 millones es el déficit de capital que maneja el sector si se extrapola el saneamiento de Bankia.82.000 millones de euros es el impacto máximo que calcula S&P si la banca provisiona este año todo el deterioro de la cartera previsto en 2012 y 2013.40.000 millones calculó Emilio Botín de necesidad de capital como resultado de las nuevas auditorías, ceñida a las entidades nacionalizadas.5.000 millones es la factura mínima de capital estimada para los bancos grandes y medianos con la referencia de Bankia.

La distancia que separa al sector de las consultoras

La elaboración de la auditoría de Oliver Wyman y Roland Berger sobre la cartera crediticia de la banca española, con ser un nuevo test de estrés, está siguiendo un cauce muy diferente a la realizada hace ya casi un año por la Autoridad Bancaria Europea (ABE). El sector se queja de que no hay interlocución directa con las dos consultoras, que están trabajando con datos a cierre del pasado ejercicio. "Hay mucho hermetismo, en el anterior test de estrés había más comunicación con las entidades, ahora estamos un poco a ciegas", señalan desde un banco mediano. Desde una gran entidad apuntan la actual dificultad para intentar hacer cálculos de cuál será la factura de esa auditoría, a falta de conocer cuáles son los supuestos macroeconómicos concretos que manejan las consultoras en su ejercicio de estrés. Fuentes del Ministerio de Economía señalan que en los próximos días se harán públicos los parámetros, que deberán incluir estimaciones de caída del PIB y de aumento de la morosidad, además de la exigencia de capital de máxima categoría con la que el sector deberá responder a los nuevos saneamientos y que quedará muy lejos del 5% mínimo que estableció la ABE en su test del verano de 2011. Por lo pronto, las entidades que intentan anticiparse a lo que está por llegar están tomando como referencia el ejercicio de saneamiento anunciado por Bankia el pasado mes.

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